PLAYA EN EL MANZANARES, TOMA YA

Si usted no vive en Madrid le compadezco. Y más que me apenará que no tenga esa inmensa suerte cuando allá por el 2011 o algunos años más tarde tengamos ya hasta playa en el río Manzanares ¡Tiembla Torrevieja! Lo ha anunciado Gallardón con tiempo más que suficiente para que no nos pille de sorpresa. Así que, por favor, no salgamos con la tabla de surf del Metro con el tanga de leopardo que, en esas fechas y ya fallecido Lauren Postigo, seguro que ya no está ni de moda. Gracias alcalde por concedernos este deseo. Si algo le hacía falta a Madrid es una playa. Digo yo, una idea sin ánimo de molestar, que ya que usted nos ha subido la contribución del piso una barbaridad a ver si con el próximo recibo nos adjunta un balón de Nivea y unos manguitos con los que, además de flotar junto a los patos en el río, podamos salir ilesos de las habituales inundaciones de los túneles de la M-30. Por cierto, ahora que va a tener más tiempo por aquello de no estar en las listas a ver si inaugura usted alguno de esos bonitos barrizales que se arman. Dos pájaros de un tiro. No digo yo que esté mal tener un espacio arenoso donde retozar pero tampoco estaría de más que además que anunciarnos sus visiones a futuro el alcalde solucionara los problemas del presente. Hay distritos de Madrid con más de doscientos cincuenta mil habitantes, hablo de Carabanchel, patria de Manolito Gafotas, que sólo tienen una biblioteca municipal que abre únicamente por la tarde. En Gijón, con la misma población, hay once. En San Blas la abuelita de Pelayo, doña Ana Bottle, inauguró hace nueve meses un centro de Servicios Sociales que anteayer todavía estaba sin funcionar. En Vallecas han tenido que desalojar un colegio porque a los niños les devoraban los colegas del Ratoncito Pérez. Esto es lo que pasa mientras Gallardón anuncia lo que se imagina. Eso sí, mis colegas de profesión, acaso hartos de la fea realidad, se inclinan más por los titulares preventivos y hoy, a toda página, en un alarde de originalidad sin precedentes, claman él 'Aquí sí hay playa' que popularizara mi buen amigo Bernardo con su grupo The Refrescos. Cómo no esté debajo de los adoquines como sostenían en el mayo francés yo lo único que veo, de momento, son escombros, zanjas y excavadoras ¿Dónde está esa Copacabana castiza?