El Príncipe Felipe, al Rey: 'Gracias, patrón, por este ejemplo de vida' (nos ha jodío)
-----------------------------------------
Dicen que Juan Carlos es el Rey de todos los españoles pero sólo ha invitado a quinientos a su cumple. Queda feo y no es justo. No digo yo que preparen en Zarzuela unas tortillas y unos sanjacobos para los cuarenta millones pero, si se fijan, por la filosa siempre comen los mismos incluso sin ser periodistas. Algunos, todo hay que decirlo, sin que les haga ni puñetera falta habida cuenta de su evidente sobrepeso. Como el monarca ha tirado la casa por la ventana con motivo de cumplir setenta castañas ya podrían hacer sentado al menos a un pobre a la mesa aunque no tenga que declarar por el IRPF. Quien dice un pobre dice un joven con un contrato de mierda o un inmigrante explotado por un salario miserable. Así, entre espina y espina de la lubina que se zamparon los gerifaltes de la patria, podría saber nuestro querido Rey las fatigas de algunos de sus súbditos. A saber lo que habrá costado el ágape. No crean que Juancar I el Campechano se los llevó al Burger King para que les dieran a los invitados una coronita aunque fuese de cartón y supieran por unos instantes cuan cansado es el peso de la púrpura. Qué va. Había vieiras y pastel de limón. Y por si no se le cerraban los ojos de la grima con el cítrico en cuestión allí estaba Josemari hablando a los vecinos de mantel en sabe Dios qué idioma. Se debe hacer un lío monumental hasta que repara qué país tiene la inmensa suerte de tenerle como visitante. También estaba Calvo Sotelo a quien no le hace falta el limón para torcer el gesto. Simplemente es así de sieso. Carod, aunque le prometieron pantumaca y una esencia nitrogenada de butifarra, ni apareció. Qué 'malqueda'. Siendo catalán él y gratis la cena no cabe duda de que su espíritu republicano cuenta con una raigambre a prueba de bombas. No es decartable que pidiera el condumio por mensajero. Lo cortés no quita lo valiente. Sepa usted, por si no lo sabía, que de no estar entre esos cuatrocientos cincuenta elegidos para la gloria es un soberano mindundi. Un don nadie de tomo y lomo. A mí me cursaron invitación pero decliné con una exquísita cortesía. A los artistas e intelectuales no se nos compra con una lubina. Si hubiesen puesto un poquito de Guijuelo...
Vence Trump, gana la desinformación
Hace 3 semanas
3 comentarios:
Como se enteren los intelessssstuales que no te dejas comprar, te expulsan del olimpo.
noto cierta envida por no haber sido invitado. Todos sabemos lo que te gusta pintar la mona. Otra vez será.
¡Ay, Germán, no te metas con mi rey! Encuentro que el menú era de lo más austero porque serían vieiras y lubina de piscifactorías que salen muy baratas. Además uno no cumple 70 años todos los dias. Pobret! Besotes, M.
Publicar un comentario