13 de noviembre de 2007

CESES TEMPORALES DE CONVIVENCIA



A ver si aprendemos de la gente fina. Donde usted se separa de su churri ellos acuerdan un cese temporal de la convivencia. Normal en gente que en vez de tirarse un pedo exhala a través de su real esfínter un sonido inarmónico acompañado de un aroma levemente desagradable. Esto del cese temporal de la convivencia invita a pensar que Marichalar ha bajado a por tabaco y no se sabe bien cuando volverá. Ya saben que ha habido casos de no retorno pero don Jaime se lo pensará muy mucho. Eso de ir por la filosa al tenis, veranear de gorra en la proa de un yate y esquiar por el mismo precio es asaz tentador aunque, bien es verdad, también corta el rollo tener un suegro capaz de mandarte callar en la mesa simplemente por haber pedido un corrusco de pan. Por no hablar de la condescendencia con que tratan. Por ejemplo, cuando, por ser el marido de la infanta, elogian tu elegancia al reposar sobre sus hombros la capa española cuando en realidad pareces un extra de Condemor, el pecador de la pradera. A partir de ahora ya se lo dirán en el Tomate. Se abrió la veda. Más dietas para Peñafiel. O cuando se calza esos gorritos de inspector Gadget y sale a la calle sin antifaz dispuesto a ser reconocido sin sonrojo alguno. No digo yo que el sombrerito no sea mono. Simplemente le queda igual que un reposacabezas de ganchillo en un Ferrari. De pena, vamos. No digo yo tampoco que el chaval diera un braguetazo porque su familia es de posibles. Ella de la realeza y él aristócrata. No es descartable que, juntando los dos árboles genealógicos familiares, ningún antepasado haya dado ni golpe desde que uno de ellos se agachó en las cuevas de Altamira a recoger el hueso que tiró el mono de 2001 Odisea del Espacio. Hacen bien. Yo porque no puedo. Y no será porque me falte vocación. En cuanto, por un casual, me entran ganas de trabajar me siento súbito hasta que se me pasan. Y dirán ustedes que acaso pueda ser cruel ironizar en estos difíciles momentos de la pareja y hasta es posible que tengan razón. Sin embargo, qué quieren que les diga, en mis muchos años de ejemplar contribuyente ya habrán tenido hasta para abrirse un plan de pensiones a costa de mis impuestos. Alguna recompensa tendré que tener. No pido tanto.

4 comentarios:

Paco dijo...

¿Cuanto tardarán en el tomate en decir que el ataque que le dio a Don Jaime fue debido a la droga? te robo una idea de tu post para el mio. Un saludo

Margarida dijo...

Bufff...yo no pegué ojo en toda la noche...

Margarida dijo...

Bufff...yo no pegué ojo en toda la noche...

Anónimo dijo...

Me pasa lo que ha margarida, del disgusto que tengo hoy ni he comido ni he cag...o
¿No se habrán separado por feos?... feos mutuos, digo, o sea fea ella, feo él.
Joer, estoy hasta las gónadas -que fino- de toda esta gente.
César