16 de octubre de 2007

AL HILO DEL PLANETA

No me esconderé. Alguien me lo pide y basta que ocupe parte de su valioso tiempo con mis artículos para que responda. He hecho un breve comentario en un diario digital en el que, posiblemente, me he pasado con la concesión del Planeta. Lo admito. Admiro como columnista a Millás (posiblemente aquella titulada 'El tonto de las Azores' es de las mejores que he leído en mi vida) aunque como novelista, hasta ahora, considero que baja muchos enteros. Sobre Boris Izaguirre sólo tengo una opinión formada a través de la televisión y, francamente, me aburre de manera soberana. Ni más ni menos. Como decía Harry Callaghan "las opiniones son como los culos, todos tenemos uno". Si he sido severo en mi juicio es posible que sea porque han pagado los platos rotos de esta enervante pantomima que es el Planeta (si algún día me lo dan borren del disco duro estas reflexiones). Hace años que formo parte del jurado de un premio de novela medio en cuantía económica. Le aseguro que jamás ha habido tongo alguno. Es todo un consuelo. Si he sido duro es porque sé lo que es penar de editorial en editorial (yo me considero un afortunado porque mi vía crucis fue breve), sé lo que es que te digan que tu novela es muy buena pero que es una lástima que no seas peruano porque ahora se lleva mucho (como si la literatura fuese una minifalda o unas botas katiuskas), sé de gente con talento que lleva años con una original debajo del brazo sin que ni siquiera les abran las puertas de la editorial, sé lo que es que unos pequeños editores se partan la cara con las librerías para que hagan un hueco en el último estante a una novela que le da cien vueltas a cualquier mamarrachada 'escrita' por algún tuercebotas ex amante de alguna folclórica octogenaria. Sé todo eso y más. Sé que una de las mejores novelas en castellano que en leído vendió en librerías setenta y siete ejemplares (ni uno más ni uno menos) y sé que quien la escribió tendría que estar trabajando esta vida y otra prestada para ganar la misma recompensa con la que se premia el Planeta. Sé que ni Millás ni Boris tienen la culpa. Sé todo esto y me duele simplemente porque la literatura es mi vida y sin ella me faltaría aún más oxígeno todas las mañanas para encontrar una razón por la que levantarme. Ya lo dijo alguien. "La literatura es una defensa contra las ofensas de la vida". Me duele porque sé lo que es desesperarse buscando un adjetivo y también, no lo oculto, sé lo que es que se te salten las lágrimas al leer una frase que crees tan buena que ni siquiera parece tuya. Ni era mi intención ofender a Millás ni a Boris, pero a mí sí que me ofende convertir un digno oficio en un carnaval. Perdón por el desahogo.

8 comentarios:

Margarida dijo...

Concho Germán..danos tiempo coño!! Toda la mañana callado y ahora nos echas la pota toda junta (es una expresión, eh). Estoy de acuerdo contigo. Es más no me gustan los concursos o los "premios" en general...yo creo que la opinión y criterio de cada uno tendría que ser el "veredicto".

Anónimo dijo...

Creo que donde tengas la olla no metas la pluma German, que para eso ya estan los criticos, una cosa es que yo, ajena a la profesión haga un comentario público, pero creo que tu, tratandose de compañeros, deberías dejar esa labor a los criticos, y consque que no digo que no tengas razón

cambalache dijo...

Pues puede que tengas toda la razón del mundo, pero a lo hecho pecho. Gracias y un saludo

txilibrin dijo...

Pues la verdad, entiendo que te hayas puesto así. Con la literatura y la música pasa lo mismo. Gente que vale millones, está tocando en bares pequeños, y otros como Bisbal, que ni siquiera sabe escribirse sus letras, triunfa en el mundo. No lo entiendo ni lo entenderé.

Pero siempre me queda la esperanza de pensar que antes o después esto cambiará...

Y si tienes que criticar, lo siento, critica.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Germán. Creo que hoy los premios se dan para "autopremiarse", todo es un negocio, no se trata de transmitir cultura sino de vender, puro marketing, pero aquí y en todas las profesiones, como se dice popularmente: "si no tienes padrinos no te bautizas". ¿Por qué será que los premiados siempre son conocidos? Por cierto, podrías decirnos cuál es el título de la novela a la que te refieres? (la que vendió 77 ejemplares). Me gustaría saberlo. Gracias y saludos.
Y vivan las críticas entre colegas, basta ya de tanto corporativismo, hay que ser consecuente con lo que uno piensa. La autocensura no conduce a nada.

cambalache dijo...

Sí, claro. Se titula 'El lugar de las apariciones'. Su autor es Alfredo Buxán y la publico la editorial valenciana Germanía creo que en 2001. De todos modos ni os molésteis en buscarla. Un saludo

Anónimo dijo...

Muchas gracias Germán, aunque por lo que dices, no pueda conseguirla. Un beso.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo en la crítica a los Planeta. Te escribo solo por subrayar que para mi Juanjo Millás es el columnista, una vez que ya no está Vázquez Montalbán, que busco y el que más me hecho pensar y reir a través de unas cuantas lineas. Ese rasgo le hace, para mi, admirable. Lo de sus libros es otro cantar. En cuanto a los premios comerciales creo que ya está dicho todo. Un beso