MEAR CON ARTE

Si frecuenta las galerias de arte transgresor y de vanguardia ándese con ojo. Si por una desgraciada casualidad un cortocircuito acaba por abrasarle las mismas pelotas ni se le ocurra echar mano del extintor aunque se queme como una tea. Aguante. Puede tratarse de una obra hiperrealista holográfica influenciada claramente por la escuela de arte postindustrial de Manchester o alrededores. Esta supina ignorancia puede acabar con sus huesos en el trullo. Por el momento a un tipo le han detenido por mear en un urinario. Hasta aquí todo normal si escatimo el 'pequeño' detalle de que la taza formaba parte de una exposición. Vassily no se lo pensó dos veces. Vio el tigre y miccionó. A quién se le ocurre ¿Cómo no se pudo dar cuenta de que estaba ante una obra de arte? Si nos sacan de los tapices de ciervos y de los angelitos de escayola no somos nadie ¿Qué se puede esperar de gente que enmarca el calendario de Cajamadrid y lo ilumina con unos apliques halógenos? ¿Qué esperar de gente capaz de tejer una funda de ganchillo para el rollo del papel higiénico? Lo cierto es que tanta creatividad a veces acojona. Uno va a Arco o al Reina Sofía, ve un perchero, tiene un calor que lleva hasta las uñas de los pies incandescentes, y no se atreve a colgar la chupa ¿Quién te dice que no va a llegar la comisaria de la expo acompañada del guardia de seguridad? Perdone señor, pero acaba usted de chafar la performance 'árbol escuálido y solitario ante la hostilidad de esta perra sociedad de la opulencia y el consumo' obra cumbre del arte macedonio postmilenio. Está expulsado de la sala. Imagine el sonrojo. Todo el mundo se había dado cuenta menos usted. Hágame caso. Espere a Navidad y vaya usted a ver algún belén. Espero que no le hayan cambiado el burro y la vaca por un ornitorrinco de Mariscal. Si es así, cómprese una ratita de conchas. Todo un clásico.