MALDITA INDIFERENCIA

Qué gran verdad. Hay días en que es mejor no levantarse. Paco el Pocero no me ha invitado a su fiesta. La revista CQ elabora el top ten de los hombres con más estilo y no estoy en ella. No me dan la ayuda para el alquiler joven por pureta. No me arreglan los dientes gratis. Me niegan el cheque bebé por la tonta razón de no tener hijos. Ya no me escribe cartas ni Cajamadrid. No llaman a mi puerta ni los testigos de Jehová. No me consultan en ninguna encuesta. Aznar ha vuelto a dar una conferencia. Ha comenzado el otoño. Detesto el mal tiempo. Ella no me llama. He tendido la ropa y llueve. Por lo demás estoy bien. No se preocupen. Eso sí, jode esta indiferencia hacia mi persona. Perdonen las disculpas, pero me parece injusto. Ya lo he dicho. Me duele muy hondo lo de Paco porque somos raíces de la misma planta. Hijos del lumpen. Y por eso sé que en el 'party' que ha organizado hoy en vez de canapés habrá hogazas de caviar de Beluga. Sé que Paco no se anda con moñadas. Para eso los que hemos sido pobres somos únicos ¿Coche? El más grande ¿Yate? A reconstruir el Titanic. De momento el festejo es de lo más selecto. Apenas se esperan unas ocho mil personas en Seseña para celebrar que por fin ese secarral toledano se ha convertido en el mismo paraíso urbanístico. Sin agua pero con caviar. Ya saben que los chaletes de Paco son de primera calidad aunque no se asegura que de los grifos salga agua porque no hay tuberías. Eso sí, barbacoa de obra y enanitos de jardín no faltan. No se puede tener todo. País de quejicas y tocapelotas. Algo más liviana ha sido la punzada al leer la clasificación de tipos con más encanto que conocerse pudiera. Hay nivelón con excepciones. Para qué engañarnos. Paul Newman, Sean Connery, Johnny Depp, Ali, Al Pacino... La verdad es que faltamos pocos. Acaso Cachuli y un servidor. Otro año será.