Yo no tengo nada en contra del despelote masivo. Eso sí, alguna incomodidad no te la quita nadie. Por ejemplo, cada vez es más difícil colgar las llaves en el único sitio que a uno se le ocurre cuando va ligero de equipaje. Lo que no entiendo muy bien es por qué se buscan excusas para practicar este bonito hobby. Cuando no viene el fotógrafo Tunnick a reclutar a miles de personas para que se espatarren en pelotas en la plaza de su pueblo, son los opositores a los abrigos de pieles o los cicloturistas o los equipos de balonmano que buscan fondos para comprarse unas camisetas. Cualquier cosa vale. Oiga , que el mundo está muy mal. No se preocupe. Ahora mismo lo arreglo. A los pocos segundos tienes los gayumbos de un propio a modo de verduguillo en toda la cara. Ahora ha sido la actriz Alicia Silverstone. La campaña aturde por su simpleza. 'Soy Alicia Silverstone y soy vegetariana' ¿Creen que sale en el cartel comiéndose un nabo? (bueno, dejémoslo en un apio) No, claro que no. Sale en pelota picada ¿Qué mensaje subliminal esconde? ¿La verdura es muy cara y no me llega ni para comprarme unos pinkies? ¿La verdura es afrodisíaca y me pone borricota, cariño ven pa' ca? ¿Si usted come puré de verduras se pondrá como yo de macizota? Si observan el cartel convendrán que si vale para ser vegetariano puede servir igualmente para anunciar una casa de lenocinio o un perfume caro. No es que lo quiera llevar al terreno personal, pero acaso tendría más sentido que un servidor promocionará otros alimentos. Un suponer. 'Hola, soy Germán Temprano y me gusta la panceta de pelo'. Si este aserto se acompaña de una foto mía en pelotas con una bota de vino tres zetas a modo de bandolera (joder, estremece imaginarlo) podremos rápidamente colegir los devastadores efectos de la grasa en el cuerpo humano. Por lo menos algún mensaje didáctico ya sacamos. De verdad que no lo entiendo.