23 de julio de 2007

UN ROMANTICO EMPEDERNIDO


Debe ser que lo da el terruño. Tantos atardeceres viendo llover sobre la campiña mientras soplas la taza del té de las cinco invitan al amor y a la melancolía. Ya le pasó a Lord Byron y ahora es Carlos de Inglaterra ilustre heredero de ese espíritu embriagador y romántico. Lord Byron escribía versos y al Príncipe de Gales le ha dado por regalar dos ovejas a su Camilla por su sesenta cumpleaños. Otros tiempos. Otro estilo. A buen seguro que la inspiración no le da para calzarse unos serventesios a su amada pero, perdóneme don Carlos, su holgada cuenta corriente sí que le hubiera alcanzado para un par de pendientes de zafiros o un crucero por el Mediterráneo. A ver si en vez de ser usted un romántico empedernido lo que es de verdad es un rata de tomo y lomo. Espérense que en vez de comprarlas no haya parado por la noche el coche oficial y las haya distraído de una granja de Oxford (no hay que olvidar que en la Universidad también hay muchos borregos). A mí desde luego me regalan dos ovejas y me hunden. Bien está que recoja con la bolsita los excrementos de mi sultán que suelen ser contundentes y expulsados, a lo sumo, en tres unidades pero imaginen que ese ejercicio de civismo lo tengo que hacer con las mascotas ovinas que, como saben, cagan a razón de un centenar de pequeñas bolitas por ejemplar. Un jaleo. No sólo eso, don Carlos. Esas cosas, aunque se desinfle la sorpresa, hay que preguntarlas antes. No es lo mismo irte al cine y dejar al perro con el vecino unas horas que emplumarle dos ovejas con el riesgo de que vaya un momento al servicio y cuando vuelva se le hayan papeado los potos del salón. Es muy arriesgado. Doña Camilla se lo habrá agradecido, qué va a decir la mujer, pero usted por querer ser original le ha hecho una cabronada ¿Qué le hubiera costado comprarle un periquito? No quisiera pecar de salvaje, pero si usted estaba empecinado en orientar su regalo al mundo ovejil y derivados, haberla invitado a España, haberla traído a Sepúlveda o aledaños y se habían endilgado ustedes un cordero churruscaíto con unas patatitas y una ensalada mixta. Habida cuenta de la ínfima calidad de la gastronomía inglesa, les aseguro que para ustedes hubiera sido una experiencia equiparable a un viaje astral. Y encima le quitaría el marrón de tener que esquilarlas o dejarlas que se las alborote la lana como si las peinara el peluquero de la Duquesa de Alba. Por no hurgar en el ridículo que tendrá que pasar Camilla en la fiesta del cumple ¿Qué te ha regalado Carlos? Pues, en fin... ¿quieres más tarta?

4 comentarios:

txilibrin dijo...

¡jajaajajaj!
Lo que me he reído..
Con lo bonitas que son las ovejas, te perfuman la casa, te dejan bolitas decorativas, te hacen de aspiradora... Yo que no sabía qué pedirme para el cumple lo tengo clarísimo ahora :D Aunque a ver mis compañeras de piso lo que opinan...
Un besazo

cambalache dijo...

Sin olvidar las muchas posibilidades que se te abren de organizar un belén viviente en el salón. Un beso

Anónimo dijo...

Dicen que la mamá de Carlitos es cantidad de rica (en posesiones, ojo).Con lo rácano que es el menda, me da que su objetivo es superar a su mami en posesiones.

Como tu, también dudo que haya comprado las ovejas.

paredes

Anónimo dijo...

Siento un rechazo instintivo o visceral hacia esta clase de personas que representan esa institución caduca. ¡Que diferencia entre personas de cualquier parte del mundo en donde se pase hambre -hambre de todo- a estos seres que no piensan más que en gilipolleces!...
En fin que, más que gracia, me cabrea, sinceramente.
César