¿OTRA VEZ ESTE HOMBRE?

No se sabe bien si Bono se lo ha pedido a ZP o es ZP quien se lo ha rogado a don Pepe. Ya saben que a don Pepe, un hombre de derechas que dice muchas veces que es socialista a ver si así se le pasa, no le basta con que le cursen una petición ordinaria. Es poco esfuerzo para convencer de algo a un estadista de su altura. Él precisa que se le hinquen de hinojos a porta gayola y le supliquen que vuelva por el bien de esa España a la que venera hasta el punto de que se rumorea que, tras su paso por Defensa, se llevó de recuerdo a la cabra de la Legión y la tiene disecada encima del sinfonier. Sea de un modo u otro no descarten que le metan de cabeza de lista por Toledo o por el Matto Grosso, lo mismo da, y cinco minutos antes de las elecciones le diga a Zapatero que se presente su prima de Valladolid al tiempo que le entoliga una colleja por toli y otra por reincidente.

Cómo olvidar el rídículo con el que obsequió al hoy crecido presidente cuando dijo que le halagaría ser alcalde de Madrid. En un ejercicio de democracia interna sin precedentes, se lo ofrecieron en menos tiempo de lo que tarda Telepizza en traerte una cuatro quesos. Cuando tenía en la bandeja el puesto de líder carismático les confesó que él era más de migas como buen manchego y que se metieran la oferta por el esfínter. No crean que ZP desmayó. El talante de Zapatero está ya en la frontera de la vida y obra de Teresa de Calcuta. Lejos de jurar en hebreo y acordarse con no muy buenas intenciones de los familiares de don Pepe, ZP esperó y no desesperó hasta que Bono se quito los bermudas y supo que la patria le reclamaba para arrimar el hombro en las grandes gestas.

Imaginen que por un casual ganamos el festival de Eurovisión ¿Quién mejor que él para salir ante los españoles en nombre del gobierno a tararear el estribillo? Como si hay que ir al Gran Prix y arremeter su despejado frontal contra la testa de una vaquilla ¿No fue capaz de hablar por el móvil ante las cámaras con la madre de un condenado a muerte en los EEUU para decirle que no se preocupara, que les dijera que iba de su parte y que todo arreglado? ¿Hay algo que no se pueda esperar de un gobernante así? Qué falta nos hacía usted don Pepe.

En esta España de vanguardia y postmoderna de la que presume tanto ZP que falta nos hacía un personaje zarzuelero incapaz de sobrevivir en la vida pública sin el achuchón de una anciana en un mercado o sin consolar el llanto de un niño en la visita a una guadería. Eso es lo que nos hace falta. No para estar seguros de adonde vamos pero sí para tener la certeza de dónde venimos. Bienvenido don Jose después de estas cortas vacaciones. Cuánto se le ha echado de menos. Digo yo. Hay gente pa tó.