Nunca ha salido queja alguna de mi boca. Es más, me he sentido y siento un privilegiado por mi trabajo, pero ayer por la mañana, por razones de mi cargo (sí, sí, como lo leen), coincidí en un solemne acto con Espe, Acebes, Rajoy, Zaplana y don Manuel Fraga (menos mal que no me pisó el juanete; Dios mío, qué paso paquidérmico) ¿Hay dinero que lo pague? Eso sí, los canapés cojonudos. Dios aprieta pero no ahoga. Ya saben aquella legendaria máxima del periodismo que un día aprendiera de un colega de este oficio de fracasados que diría mi buen amigo y maestro Rodolfo Serrano. "Los langostinos que tiene que comer uno para llevar unos garbanzos a casa". Inmenso. Y bien cierto.
Siempre me he tenido por un gran profesional. Es decir no me suelo ir del sarao hasta que no salen las bandejas de dulces. Soy más de 'salao' (tenían que ver el jamón). Hacía tiempo que no me pegaba una buena panzada. Ya echaba de menos la tensión del periodismo de investigación. Si lo hago no es por comer gratis sino por cuidar las fuentes. Es decir, saber si ha habido algún nuevo divorcio en la profesión, epidemia muy común, algún adulterio novedoso, aún más común, a qué inútil le han ascendido, qué tal las últimas becarias (o becarios, pero hablo por mí), qué últimos viajes por la filosa se han organizado, si estaba buena la cesta de las últimas Navidades, qué tal la corrida de San Isidro en el burladero y por la patilla...
En fin, cosas de periodistas. De vez en cuando, al quinto o sexto vino, incluso se habla de ética y de rigor pero sólo si tienes ocasión y estás ya algo piripi. Tampoco hay que exagerar y perder el tiempo en tonterías. Quien sabe si por esa bobada te pierdes el regalito (cohecho en argot reporteril). Si algún joven, tras la lectura de estas líneas, se desanimara en su vocación que no se preocupe. No todo es tan malo. Simplemente es mucho peor. Pues sí, me puse ciego y eso que a punto estuvo Espe de cortarme la digestión y las ganas de comer.
Qué emoción, qué lágrimas. Lloraba porque de nuevo va a ser presidenta. Joder, entonces ¿qué tendría que hacer yo? Dio las sinceras gracias a su familia aunque hubiera sido más lógico que hubiera sido al contrario. El pelotazo del tío y alguna casual recalificación bien las hubieran merecido. Dio las gracias a los madrileños, a Mariano, a Angelito Acebes, a su churri, a sus hijos, a los bedeles de la Casa de Correos, al kioskero de su barrio, a su mayordomo, a su profesor de golf, a su peluquero, a la modista que también le recoge la sisa.... y a Gallardón. Bueno, a Gallardón no le cobró los canapés. Por algo se empieza.
Gil de Palacio: La Maqueta por excelencia
Hace 1 semana
6 comentarios:
Cómo me he reido...me has hecho recordar los tiempos en que yo me situaba al otro lado en eso eventos con canapés (sí, en plan Espe, salvando las distancias), ahí todo el día lidiando con los periodistas ávidos de saber el último cotilleo (político o personal), hastiados de nuestros discursos y siempre haciendo chanzas entre ellos. Yo era carne de cañón, por mi juventud, todos a ver si podían sonsacarme algo: que si vamos a pactar o no los presupuestos, que si tal político está liado con otro, que cómo es el la intimidad tal personaje, que qué pintaba yo ahí a mis 24 años... eso sí, sin mala baba...
Anda que no hecho de menos las confidencias con los periodistas políticos: es lo que tenéis, que estáis al día de todo.
Un abrazo
Ah, no te acojonó cuando Espe le agradeció a su churri su gran patriotismo, por encima de todo lo demás? Mi ideal de pareja...
Sí, creí que se había metido a legionario para no aguantarla. Un saludo
A mí me dieron ganas de vomitar con la apelación al patriotismo del marido de la elementa esa.Y eso por la tele, que si llego a estar allí, algún atuendo mancho con los canapés ingeridos.
paredes
Germán:
Me llega esta información de que en Japón venden fundas para plátanos
http://www.sanrio.co.jp/products/200704/banana/welcome.html
y pensé que esto bien podía ser un temazo para un próximo blog tuyo.
Salu2. Luis
Muchas gracias amigo, me viene bien para tiempos de sequía. Un saludo
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