7 de mayo de 2007

Fotomatón en pelota picada


Qué quieren que les diga. Debe ser que soy un antiguo. Si me sacan de la fotografía con el poney en el Parque de Atracciones me descolocan. Spencer Tunick se dedica a inmortalizar con su cámara a tíos y tías en pelotas. Si lo hiciera yo desde mi balcón con la Werlisa color sería un salido y hasta me detendrían tras la denuncia de la vecina de enfrente. Él, como lo hace en la plaza mexicana del Zócalo con veinte mil voluntarios pues es un artista. Tunick se ha especializado en eso. No le pida usted una foto de fotomatón si no es de cintura para abajo. Y, como saben, esas para el pasaporte no valen porque las labores de identificación llevarían demasiado trabajo. Al menos en el caso de los varones ¿Qué pasaría si hubieses posado flácido y te hallaras morcillón? ¿Cómo demuestras la propiedad del pingajo y que, por tanto, no es una falsificación? Menudo jaleo. Más ahora con esas extremas medidas de seguridad en las que por llevar tu propio paquete, aunque sea sin fotografiar, ya eres sospechoso.

Yo entiendo que la gente acuda en masa al posado. Allí no hay nada que esconder y, si quieres ligar, ya sabes lo que hay. No vale aquello de gano mucho desnudo o la guayabera me sienta de lujo. Lo malo es cómo y dónde apuntas el teléfono si trabas rollete. A ver dónde te metes el boli y la agenda. Ya sé que hay un hueco pero no me sean ustedes guarros, por favor. Les recuerdo que tratan con un intelectual incomprendido a la par que escritor maldito. En suma, un ser de asombrosa sensibilidad aun no recuperado del todo de los programas de la Gemio.

Si pudiéramos observar fotograma a fotograma la obra de este artista del despelote a buen seguro podríamos observar cómo el arrejuntamiento humano provoca matices y variaciones en la instantánea claramente perceptibles. Si al lado te ha tocado (ándale, ándale) una maciza pues eso, que empiezas timorato y acabas que no saben si eres un modelo o la réplica del mástil que preside la plaza. Por cierto, sepan que, por respeto, la bandera mexicana no se izó. No hizo falta (casual juego de palabras). Ya lo hicieron otros por ella.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta que la gente se despelote, también lo hago, en el fondo -y quizás en la superficie- es una especie de protesta suave, ¿de provocación?, de romper pequeñas -o grandes- normas, de sentir la libertad del paseo del viento y del sol por tu cuerpo... Bien, esto lo digo mientras ese desnudo no tenga otra finalidad que la del exibicionismo, ¿o quizás sí la tiene?...
En cuanto a las izadas de mástiles, muy sanas, si señor, si es que las hubo, claro.
César

Anónimo dijo...

Pos mu bien.!!Viva la libertad de expresión!!!

paredes

Anónimo dijo...

Eso mismo, pero sin pasarse, claro que... ¿cuando es "pasarse"?... hummmmmm....
César