Gaudeamus kalimotxo

Andan algunos revueltos por lo que consideran un escándalo mayúsculo. Los aspirantes a rectores de la Universidad Complutense han organizado fiestas fin de campaña con kalimotxo gratis para los estudiantes. Yo me sumo a esta gente de orden. Es más, si de mí dependiera, en vez de este jolgorio hubiera organizado una charla-coloquio sobre la obra de Cicerón y su influencia en el pensamiento austro-húngaro del siglo XIX. Ese Cicerón sí que tiene tirón y no esa turbamulta de jóvenes ebrios bailando como poseídos al ritmo de una música infernal. Seguro que alguno hasta se ha copiado en algún examen o ha faltado a clase sin justificante. Capaces son.

Es intolerable. Alcohol en el campus. Lo nunca visto. Y no descarten que, en el colmo del vicio y la perdición, alguno que otro no se haya fumado, por cuenta propia, algún petardito de esos mezclados que yo cuando fui a la Complu alguno que otro vi. Menos mal que me dijo mi madre que no cogiera nada de un extraño. Es más, rece porque alguna pareja, al calor de los vapores etílicos, no haya retozado en el césped sobre los apuntes de Economía Aplicada e incluso no hayan llegado a la copulación 'gaudemus igitur'. Sí, sí, lo que oyen. Casos se han dado incluso encima de las fotocopiadoras. Jesús, María y José. Adonde vamos a llegar. Se han perdido los valores. En Oxford y Cambridge organizando regatas y nosotros fornicando con una 'tajá' como un piano. Así nos va luego en las becas Erasmus.

La culpa la tienen estos aspirantes a rectores que son unos pervertidos. Con lo bonito y edificante que hubiera sido repartir unos minis de té y unas pastitas y sacar a las chicas y a los chicos a bailar un vals. Pues no. Venga jarana, venga kalimotxo, venga órdago a la grande. Y luego nos quejamos cuando en las encuestas dicen que la juventud es casquivana e insolidaria (en este punto mienten; los minis de kalomotxo se suelen compartir). Si en vez de este primer parcial tipo sodoma y gomorra les hubieran organizado un concurso tipo 'saber y ganar' pues los mozos y mozas seguro que se habían quedado en casa repasando la lista de los reyes godos, pero claro, donde fueres haz lo que vieres. Así no hay quien pueda.