16 de abril de 2007

Dar la talla

O sea que con el top de lycra que me compré en rebajas parezco un morcón ibérico no por mi sobrepeso sino porque me han engañado en la talla. Qué alivio. Si ya decía yo que desayunar panceta de pelito en vez de cereales no engordaba tanto. Es la envidia de verte cómo se derrama la grasilla por la comisura de los labios y comprobar a la vez cómo esa ingesta no altera para nada mi prodigiosa anatomía la que alienta tanta patraña y tanta valoración infundada.

En Inglaterra han descubierto el pastel (que, por supuesto, también me he comido). Adaptan las tallas a tu lorza y de esa manera puedes mantener la misma medida durante toda tu vida aunque pesases cuarenta kilos el día de la Comunión y el triple en la de tu hijo. Siempre podrás llevar encima un certificado de que, pese a la aparente obesidad, tu talla se ha mantenido contra viento y marea. Se acabó eso de pedir una talla tal que, con tantas equis, ya no sabías si te ibas a comprar una camiseta o a rellenar una quiniela. A partir de ahora, aunque me tenga que ir a London a comprarme los gayumbos, mi talla será la 'ese', y no la 'ese' de seboso sino la 'ese' de supermajo y superdelgado.

Quizás usted no sepa de esas humillaciones pero uno, que llegó a emular al legendario coñac con sus 103 kilos, sabe lo que es excusarse para que le den una XXL y, casi por el mismo precio, el abecedario completo. Sácame una mayor, es que depende de la marca me vale o no la XL. Depende la marca no, gorrino, depende de tu barrigón cervecero. Eso sí, hablo de antes de mi liposucción y de pasarme en el 'gym' más horas que Marujita Diaz maquillándose. Ahora, cuando me ducho, ya puedo observar sin ubicar un espejo en el desague, que más allá de mi ombligo aún me quedaba algún músculo. Puede parecer una tontuna, pero no saben lo que alivia (verlo, digo)

2 comentarios:

Nayadeath dijo...

='( Enseñame a usar el blog ya? =(

cambalache dijo...

¿Hola? ¿Quien anda ahí?