27 de abril de 2007

Cuestión de imagen

Tras la lectura detallada del informe Abellán sobre los riesgos de infarto (léase artículo inferior si sus atributos sexuales así se lo aconsejan) y las conclusiones de otro estudio que súbito les relato he decidido cambiar de oficio. Ahora mismo me pongo yo al tajo porque si lo que cuenta es la falta de rigor aquí tienen a todo un profesional. Para algo se hizo uno periodista con un gran esfuerzo intelectual. Pues 'de resultas' que una página web americana ha recabado la opinión de casi veinte mil usuarios para colegir que si vas a buscar un currito a una multinacional vestido con chanclas, bermudas y una camisa hawaiana tienes menos posibilidades de conseguirlo que si vas enfundado en un terno de Armani. Prodigioso.

Manda huevos que tengas que movilizar a esa legión de votantes para extraer tan insólita conclusión. Jamás lo hubiera pensado. Es más, de no ser por el estudio, todavía estaría convencido de que si voy con pantalones marrones de tergal con raya subidos hasta la sobaquera, cinturón de escay negro con hebilla dorada, zapatos de rejilla imitación a cocodrilo con calcetín gris y polo azul marino con banderita española en el ribete tengo serias posibilidades de ser el nuevo relaciones públicas de Pachá o el representante de Alaska. Mira tú que ponerte pegas por ir a buscar trabajo como si fueras un extra de Verano Azul (se me abren las carnes de la nostalgia sólo con mencionar tan mítica serie). Menos mal que veinte mil prendas ociosos nos han sacado de ese craso error.

Por si se ve en el caso, cuando vaya a una entrevista de trabajo procure prescindir de la camiseta sin mangas y ocultar la tirilla del sostén que, por lo que se ve, está fatal visto. Aunque el informe no lo contempla con precisión aquí estoy yo para echarle una mano que al final se sofoca por los nervios y la acaba cagando. Por cierto, hablando de eso, haga lo posible por no defecar sobre los muertos del gerente cuando le diga que cobrará unos seiscientos euros por diez horas diarias de currelo. Se lo suelen tomar mal. Ya saben que son gente extraña y pejiguera.

No tengo muy claro con qué asunto iniciar mi meteórica carrera de 'estudiólogo'. Me tienta acaso elaborar un informe sobre los niveles de coeficiente de inteligencia de la derecha española. Ya está hecho ¿Ven qué fácil?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay que ver que buenos son estos meapilas.Si no los conociéramos, pensaríamos que se preocupan por nosotros.Que no solo nos quieren guiar por la buena senda hacia el cielo, sinio también en la tierra.

paredes