30 de abril de 2007

Creo que se llama Sofia

Eso he oído, pero no me hagan mucho caso porque la noticia apenas ha transcendido. No sé si habrá pesado tres kilos trescientos diez gramos y medido cincuenta centímetros ¿Ah, qué sí? Qué casualidad haber acertado. Si usted todavía no sabe de quien hablo míreselo a conciencia. Ya me hubiera gustado ilustrar estas palabras de bienvenida al mundo de los plebeyos con una fotografía pero para eso deberemos controlar la angustia. Nos toca esperar. Eso sí. Merece la pena.

No saben de cuántas broncas domésticas nos libraremos mientras debatimos si se parece más a papi o a mami (bien pensado también puede ser que surjan por idéntico motivo). Bien es cierto que los nenes recién nacidos sólo se parecen entre ellos pero ¿y lo que entretiene? La pequeña Sofi, quien, por cierto, no tiene culpa alguna de este tinglado, ha vuelto a sacudir los cimientos mediáticos de este país. 'Se llamará Sofía'. Tipografía superlativa tipo declaración de la tercera guerra mundial o, por ser positivo, de la retirada de Josemari de la política.

No le hablo de revistillas frivolonas de esas que, a partir de la fecha, compararan con expertos médicos si el pis de Sofi guarda concomitancia con el de su hermana Leonor. Me refiero a periódicos que se tiran el rollo de ser una referencia en Europa. No me extraña. Con esos noticiones cualquiera. Por cierto, quiero elevar mi queja a la familia Real por haberme privado de recibir por sms la buena nueva del natalicio. No me parece ni medio bien. Pocos como un servidor han estado tan desazonados desde que supo que la princesa Letizia había salido de cuentas. Una cosa es que el nacimiento de un infante/a sea ya un hecho tan habitual como el sorteo de la ONCE y otra bien distinta que cada uno de ellos sea un acontecimiento de relevancia mundial.

El feliz padre agradeció la atención prestada a su nueva hija (generoso que es el príncipe campechano porque apenas había doscientos o trescientos periodistas o lo que sean) mientras compartía algunos comentarios que eran celebrados con una salva de risas por la concurrencia. No es que me parezca mal, pero detecto cierto 'pelotillerismo' real. No sé. Don Felipe dice que su hijita a nacido a una hora prudente y que por lo menos no ha llovido y la crítica prensa lo festeja con el mismo alborozo que un chiste de Gila ¿Tanta gracia tiene?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra boca más.Como éramos pocos......pues eso.

paredes

Anónimo dijo...

Habría que avisar al papá que las guarderías, colegios, uniformes, libros... etc... están muy caros, lo digo por si piensan tener uno todos los años, luego vienen los problemas económicos y ya se sabe "donde no hay harina todo se vuelve tremolina"
César

Anónimo dijo...

Yo desde que nació 'mi hija' -no la disfrutaré como tal, pero pagaré sus caprichos como los demás- estoy que ni duermo... fíjate, las cuatro de la mañana y no puedo pegar ojo esperando a que publiquen la primera foto, o alguien descubra dónde se ha metido el Rey.

Saludos.

Anónimo dijo...

La ausencia de corrector ha deslizado un verbo haber sin H. Estas cosas pasan cuando se escribe en ayunas.

cambalache dijo...

Gracias por el aviso. Es cierto, otra cosa no, pero las Caligrafías Rubio las tenía muy trabajadas

Anónimo dijo...

Dicen por el foreo, que es de mala educación corregir a los contertulios, en eso de los deslices ortográficos varios que cometemos.Las comas las he puesto a bulto.

paredes