Que vienen los moros (¿de qué se ríe?)

Cada día entiendo menos a Jose. Primero nos mete el miedo en el cuerpo y luego se descojona. Eso o que, de manera subliminal, está publicitando a su odontólogo. Ni una caries, oiga. Ayer, como se decía antaño, Madrid era un hervidero. Jose predicaba la buena nueva. Bajo el contradictorio título de '¿Qué piensan los neocom?' el otrora estadista y ahora conferenciante de quilates desenvainó de nuevo el sable de su dialéctica. Les tengo por cultos y preparados pero, por si alguno se despistó, sepan que los 'neocom' son estos tipos que visten terno italiano, calzan zapatos de piel fina a juego, lucen rolex de oro y se desplazan en todoterreno por avenidas sin un solo bache. Pensar, lo que se dice pensar, no sé. Como mucho vienen a decir que quien no trabaja es porque es un puto vago, que las pensiones las pague Rita en vez del Estado y que todos somos vulgares y medio gilipollas por no tener un máster de Economía Aplicada en Cambridge o Massachussets (no sé si tiene una buena universidad pero era un reto escribirlo). Esta vez, sin que sirva de precedente, no aparco de oído. Sé de lo que hablo. Durante algunos años trabajé en un diario económico ultraliberal. Y sobreviví con dignidad o sea que si ahora les digo que me bronceo en jornada laboral lo tengo más que merecido. No crean que me he olvidado de Jose. Eso es literalmente imposible. Si usted no ha tenido noticia y se ha levantado relajado después de quitarse las legañas con un serrucho aproveche porque cuando sepa de qué habló ante ese selecto auditorio se va a estremecer y le van a echar a perder el día. Es más, si descorre la cortina para ver el maravilloso día que hace es posible que encuentre el rostro torvo de un sarraceno dispuesto a degollarle. Como se lo digo. Jose, en otra de sus profecias, vislumbra la invasión morisca de España. Y lo peor de todo es que los Reyes Católicos ya no están para estos trotes. Dice que si ZP vuelve a ceder al chantaje y retira las tropas de Afganistán lo próximo será que ustedes vosotras tendrán que llevar burka y nosotros comprarnos la discografía completa de Emilio el Moro. No gana uno para sofocones. Y mientras se masca esta invasión peninsular Mariano preparando el hatillo para irse a Navarra y poder traerse unos espárragos y unos cogollos de Tudela. Qué poca visión de Estado.