19 de marzo de 2007

¿Qué comen las ovejas?

Admito que mi acción ecológica más arriesgada ha sido, y no siempre, regar los geranios. Mi ignorancia en esta sensible materia es superlativa. Es decir, como en casi todas pero sin disimularlo. No obstante no acabo de entender porque el alcalde de mi ciudad quiere expulsar a un rebaño de ovejas de la Casa de Campo ¿Qué quiere? ¿Llevarlas de excursión al Thyssen? ¿Qué se coman el césped del Bernabéu? (no sería mala solución; así tendríamos excusas a nuestros ridículos). Siempre he creído que los pastos eran el habitat natural de estos simpáticos animales. Los argumentos son de chiste. Por lo visto se comen lo que no deben (¿quién no lo hizo en alguna ocasión?) e invaden zonas protegidas. En resumen. Para descojonarse. Les explico. Esas razones proceden de un alcalde que, si le hubieran dejado con la motosierra, hubiera dejado el Matto Grosso convertido en un solar para gozo de Paco el Pocero. Las obras de Gallardón se han llevado por delante miles de árboles. Eso sí, a la primera oveja que vea papearse un matorral la quiere mandar al exilio. La orden de expulsión pesa también sobre el burro 'Romero'; el material del trabajo del pastor afectado. El hombre argumenta que las cagarrutas de oveja son óptimas para el campo y que su presencia en la Casa de Campo le da un factor bucólico añadido sin necesidad de ir a un Parque Temático a hacerte una foto con una Heidi de cartón piedra. Para quien no conozca este privilegiado lugar baste decirle que lo más campestre que tiene es la nevera con la gaseosa y los filetes empanados. Y eso, siempre y cuando la lleve usted, claro está. Como Gallardón gasta dinero a espuertas no tendrá inconveniente en invitar a las ovejas a comer al fast food que ha montado Adrià en Madrid. Así comerán lo que las den y dejaran impolutos esos matojos que, desde mi ignorancia ecológica, no valen ni para adornar el belén. En esta espiral de hipocresía, las mismas ovejas a las que hoy quieren echar del paraíso son las que utilizan para fotografiarse cuando cruzan la ciudad por la antiguas cañadas. Unos minutos de alcalde-ecologista enrollado y trescientos sesenta y cuatro días de marginación ovina. Bueno, ahora con la campaña electoral en vez de echarlas de la Casa de Campo igual les construye un bungalow con derecho a cocina y al burro Romero le llevan de putas al hipódromo de La Zarzuela. Un voto es un voto (me refiero al pastor no al asno).

2 comentarios:

El burro Romero dijo...

A ver si un burro no se puede ganar la vida honradamente.

Alfon...SET dijo...

Pobrecitas las ovejas que no saben que esos "palitos pelaos" son unos robles de tomo y lomo. Si como dice Gallardón hubiera que plantar tantos árboles como años tenían los que ha talado, le va a faltar espacio en España y va a tener que repoblar también el desierto del Sahara. Se le están secando todos... y si no, mirad la altura de los que ya ha plantado... espectacular

http://alfonsopinel.spaces.live.com/blog/cns!90AE7EF38EDE8DF1!1326.entry