Los 'supermegachulis'

Ella siempre al plato y a las tajás. Espe no podía mantenerse al margen de la convulsión lingüistica que se vivía allende los mares. No podía estar en cuerpo, pero su alma y su intelecto viajaron al Congreso de Cartagena de Indias para aportar su granito de arena a la nueva gramática española y al idioma castellano en general. Fue en una inauguración (ya es raro que les pilles en estos días en otro sitio salvo ordinaria necesidad fisiológica) cuando alumbró ese calificativo que, o mucho me equivoco, o está destinado a figurar con el tiempo en el frontispicio del Instituto Cervantes. Atenta a los problemas del deporte base, preocupada por el mal estado de las pistas en los barrios periféricos de Madrid, inauguraba ella un campo de golf y un club de paddel en una de las zonas más pudientes de la capital. En éstas se quitó sus zapatitos de princesa neoliberal y se lanzó a la pista. Un par de 'drives' prologaron la revelación. "Sois los supermejores", les espetó a los mocetones que la admiraban perplejos. Así, como quien no quiere la cosa. Con la naturalidad a la que sólo los grandes genios recurren cuando te dicen que han descubierto la teoría de la relatividad o han inventado la penicilina con el mismo tono que si te dijeran que tienen que bajar a la tienda a comprar unos ajos. 'Los supermejores'. Lástima que sean unos tiempos adversos para los Ozores ¿Se imaginan llevar a las pantallas ese título? Cómo se ha cultivado Espe. Donde antes hubo cierta ignorancia ahora hay un tesoro de sabiduría que ora procura una metáfora ora acuña un neologismo. Estoy por atreverme a asegurar que incluso ya sabe que 'Airbag' es una película española. No lo sabía cuando era ministra de Cultura pero tampoco hay que ser tiquismiquis. Ya saben que el golf lleva mucho tiempo. Como es muy cuca, Espe jugó al paddel, tiró un penalty (no es broma, hay testimonio gráfico) pero se cuidó mucho de no agarrar uno de esos palitroques tan caros y darle un mandoble a la pelotica a ver, si con un poco de suerte, le arreaba a Gallardón en la cocorota. Sabe la marquesa que el golf está a años luz de la popularidad de la petanca y que si sólo le votan los federados no sólo no llegaría a presidenta sino que no sería ni vocal de su asociación de vecinos. Bueno, eso sí, como vive en un palacete unifamiliar siempre se puede nombrar ella misma. Por si no lo sabían, y corro el riesgo de que crean que recurro de nuevo a mi fina y asombrosa ironía, Espe declaró de interés general el campo de golf recién inaugurado. Vamos, como si fuese una unidad de trasplantes de órganos. ¿No me digan que no es sublime? ¿No es para botarla de inmediato? (no suelo cometer faltas de ortografía y en este caso tampoco). A los vecinos, asaz encabronados, por cierto, les habían prometido un parque. Espe jura y perjura que lo es. Tiene toda la razón. Sólo hay que andarse con ojo para no hacerte un esguince por meter el pie en un hoyo y llevar el casco puesto por si te endiñan en la cabeza ¿Es o no es la 'supermejor'?