La buena nueva de Rajoy el Mesías

Ha sido una auténtica pena que el atril haya impedido ver a los discípulos cómo Mariano, en pleno éxtasis mariano, valga la redundancia, ha llegado a levitar. Ha sido en el momento en que ha pedido a los fieles que vayan y cuenten lo que han visto y oído. Que lleven la buena nueva por las calles y los colegios privados bilingües. Es una putada porque a muchos de ellos lo que de verdad les apetecía es tomarse unas cañitas y una de oreja a la plancha. Bueno, como había mucha gente fina igual preferían una 'vichisúa'. He estado en casa toda la tarde y ha sido una lástima que no me haya dado por asomarme al balcón para ver en tiempo real cómo sería Madrid tras el holocausto nuclear. Dos millones y medio de personas han acudido a la llamada del PP, según el PP. No es que sospeche, pero si restamos a los ciudadanos que tienen chalete en la sierra y se han ido de fin de semana y los servicios de emergencia que tienen que currar eso significa que por mi barrio no pasaban ni los tunos. Ha sido una magnífica idea repescar aquel himno de la transición, 'Libertad sin ira', mientras se pide a gritos fusilar a Zapatero en el paredón. Todo un monumento a la coherencia. Menos mal que, por lo menos, han sido incoherentes pero mentirosos. En plena euforía patriótica Rajoy ha llegado a decir que con el Gobierno de Aznar ETA no mataba porque no podía. Son tan siniestras las estadísticas que, por supuesto, ni siquiera las voy a recordar. Juro que lo he oído jaleado por los numerosos apóstoles ¿Cómo puede decirse semejante patraña? ¿Cómo se puede además vitorear como si hubiéramos ganado el Mundial? Me da tanta pena y tanta rabia que prefiero cobijarme bajo el único paraguas que me alivia de tanta inmundicia. Me refiero a buscar el oasis de una sonrisa en un desierto de resentimiento e intolerancia. Por cierto, mañana es el aniversario de la matanza del 11-M. Mariano ni lo ha mencionado. Que cada cual valore el silencio del nuevo Mesías.