Está operada ¿y?

Si le sirve de consuelo le diré que los científicos han descubierto una especie (una piltrafilla de especie, eso sí) que ha sobrevivido más de cuarenta millones de años sin mantener relaciones sexuales. Sí, ya sé que mal de muchos consuelo de tontos, pero aporto el dato por si alguna vez tiene que recurrir a él para minimizar su sequía erótico-festiva. Coincide este singular hallazgo con la portada de la Pataky en Interviú. No lo digo para que rabien. Sólo para que lo sepan. Como no podía ser menos cuando una maciza galáctica exhibe su anatomía, al instante se han sembrado las dudas sobre si el mérito es de la naturaleza o del bisturí. La acusación recurrente del 'está operada' a mí no me vale. También lo estoy yo del menisco y aquí me tienen, hecho un asquito. Y eso con 'gym' a diario. Ya me contarán. Con decirles que este año no sé si ponerme en la playa el tanga de leopardo o la casaca de Demis Roussos les digo todo. Y eso que me dijeron que el picadillo era bajo en calorías. No sé, a ver si van a ser las acelgas. Podría recurrir a mi inabarcable dominio del idioma, a mi ingenio para escudriñar el tropo adecuado, la metáfora más idónea, escurrir mi intelecto hasta sonsacar ese adjetivo que se ahormara como el latex a la definición de la Pataky, pero baste decir que está muy, pero que muy buena. Con bisturí o sin bisturí, en lencería fina o vestida de lagarterana. No reprocho a nadie que se atrinchere en la silicona para negar la evidencia, pero buena está. Y punto. Se habrá operado los pechos, no digo que no, pero a esta chica le queda bien hasta una operación de amigdalas. Hay a quien le vale con una mano de chapa y pintura y quien precisa una restauración más larga que la de la Capilla Sixtina. Con todo y con eso, ya vendrá quien, tenaz hasta la extenuación, insistirá en que, además de los postizos, es bajita y algo culigorda. Como se lo cuento. Como si uno, y más a estos niveles, estuviera para elegir.