13 de marzo de 2007

El coeficiente de George

No puedo consentir que ni siquiera la sombra de la duda se arroje sobre Geeeooorrrggeee. Ahora ponen como excusa un estudio para vilipendiarle. Ya no saben qué hacer. O sea que según esos baremos el bueno de George es el presidente de los EEUU con menor coeficiente intelectual desde hace sesenta años. Qué manera de tirar el dinero ¿Por qué no me lo preguntaron a mí? En España, por ejemplo, no nos hace falta ese dispendio. Desde aquel 'estamos trabajando en ello' con acento pixidixie ya sabemos quien es el nominado. Menos mal que, por lo menos, George ha superado a su padre que es el segundo más berzas. Cuidado que no lo digo yo. A ver si me va a invadir el salón de mi casa. Lo dice el Instituto Lovenstein de Pensilvania y con ese nombre cualquiera le discute algo. Bush padece problemas con el inglés (no olvidemos que es su idioma) y tiene menos vocabulario que Forrest Gump. Apenas es capaz de articular con cierta nitidez un 'vamos a bombardear' y 'Ansar, tráeme un poco más de ketchup'. La media de uso de palabras en presidentes está en unas doce mil mientras que el intelectual tejano usa menos de la mitad. Y ahí le tienen. Al timón del universo mundo. No creo que en este estudio hayan tenido nada que ver las míticas fotos en la que se le veía utilizando unos prismáticos tapados o al lado de unos niños hojeando un libro que estaba al revés. La inquina de este instituto hacia George es superlativa. Ni que estuviera ubicado en Irak. Han intentado hacerse con alguna publicación de George pero no han encontrado ni la lista de la compra. Los logros escolares del presidente tampoco ayudan mucho. No es que le pillaran copiando pero fuera de la gimnasia o los trabajos manuales tampoco se le conoce relevancia alguna. Ante este desierto cultural se han visto obligado a analizar sus discursos. Pobrecillos. No hay dinero que pague esa tortura. Pues bien. Lo dicho. Su coeficiente intelectual supera por unas décimas al de una ameba. Ahora tenemos por escrito y científicamente demostrado aquello que muchos sabíamos sólo con verle la cara. Que tenga cuidado Jose con tanta conferencia en los EEUU a ver si van a llegar estos tipos de Pensilvania, le van a hurtar los papeles y les da por analizarlos. En el extremo opuesto se sitúa Clinton que saca una matrícula de honor en coeficiente intelectual. Es, de lejos, el más listo. Ya lo dije yo cuando el caso Lewinsky.

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