27 de mayo de 2006

¿Será cosa del cargo?

Hace sólo unos días un lector, a quien reitero mi gratitud por sus críticas porque evidencia que me concede parte de su valioso tiempo, me reprochaba mi opinión sobre el desliz de la marquesa-presidenta Aguirre a costa de la muerte de Dulce Chacón con el irrefutable argumento de que todo el mundo puede equivocarse. Ya en su momento le contesté que no me parecía ni medio bien que una ex ministra de Cultura metiera esas patas pero cargaba más las tintas en que su corte de asesores, más bien una legión romana por el número, no le preparara unos exiguos datos para evitar éste y futuros bochornos. Aprovecho para decir que el 'kilo' de asesor está a una media de tres mil euritos netos al mes y que algunos, y lo digo con conocimiento de causa y no sólo de la señora Aguirre, están para que el color del fondo del acto en cuestión sea compatible con el del vestido o traje del personaje. No es mal sueldo convendremos todos para tan sesuda labor. Bien. No soy de aquellos que andan justificándose sobre su imparcialidad y objetividad periodística. Lo aprendí del poeta José Bergamín: 'Si fuese un objeto sería objetivo, pero como soy un sujeto, soy subjetivo'. No comparto con la señora Aguirre, en sus ideas, seguramente ni el color de las alfombras de nuestras casas, pero voy a mi aire y no me ha ido mal, como me dice un buen amigo, palabra que me encanta, soy, o trato de serlo, un librepensador escorado a la izquierda porque yo sí creo que hay diferencias entre la derecha y la izquierda; no hablo de partidos, hablo de formas de entender la vida. Es decir, que si tan de mañana me he levantado indignado con la ministra de Cultura, en este caso socialista según creo, no es para entrar en un juego de compensaciones sino para expresar mis dudas sobre si no será el cargo sobre el que pesa la maldición de la inoportunidad y la tendencia al ridículo. La ministra Calvo, ejerciendo un papel de equipo médico habitual, se despachó ayer con la noticia de que la cantante Rocío Jurado había sufrido un infarto cerebral, algo desmentido de manera inmediata por la familia. Obviamente no me resulta indiferente si es verdad o no la noticia porque la Jurado está pasando un penoso calvario y es de elogiar su lucha por la vida y la deseo lo mejor, pero a lo que voy no es a eso. Quizás sea una pregunta estúpida, no sería la primera ni será la última que me hago, pero ¿qué coño hace una ministra de Cultura jugando a los médicos con asuntos tan serios? ¿es qué acaso el responsable médico de la salud de la cantante va a ser el encargado de diseñar la política de subvenciones al cine? ¿no sería suficiente que, si tanto le gusta, diera su opinión sobre la calidad de la serie Hospital Central? No entiendo nada; debe tener bastante que ver con vivir en este bendito país en el que cada día uno se encuentra alguna noticia no sólo para escribir un artículo sino para publicar una tesis. Quizás por eso no lo cambiaría por ninguno, no tendría nada de que escribir y eso sería para mí dramático. Bueno, también tienen que ver mucho el jamón de pata negra y las cerezas del Jerte (guárdame alguna Paredes que igual algún día me animo y me acerco a verte con mi perrillo)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues nada, anímate y vente a comerlas que las mias son ecológicas (o casi).
La ministra Calvo, ha tenido un deslíz más bien propio de las revistas "decoración".Es que cómo las gusta que se hable de ellas, aunque sea bien.