23 de mayo de 2006

Qué bochorno, papi

Para los afortunados que no lo sepan, porque esa ignorancia demostrara una envidiable juventud, la expresión ¡qué bochorno, papi! procede de un anuncio de televisión de la época del blanco y negro y del UHF (ya ni siquiera recuerdo cuál). Si la rescato del polvoriento baúl de la memoria es porque la inefable marquesa-presidenta Aguirre ha hecho buena en toda su dimensión esta cuña publicitaria. Ya saben que corrió como la polvora una noticia-bulo según la cual Aguirre, en sus tiempos de ministra de Cultura, hablaba maravillas de la escritora Sara Mago. Después de lo acontecido ayer cobra fuerza que se trataba de una noticia verídica porque la señora Aguirre, entre mentira y mentira sobre las listas de espera e insulto en insulto a Zapatero, podría leer y documentarse un poquito. Cuesta creer que su segundo apellido sea Gil de Biedma, la verdad. El caso es que ayer, en un acto con los Principes en el colegio público Dulce Chacón, Aguirre, siempre tan entrañable, se dirigió a la madre de la escritora tristemente desaparecida y le preguntó si su ausencia se debía a su estancia en Cuba. Sólo ponerme en la piel de la pobre madre me espanta. Entre tanto dolor y tanta emoción venía doña Esperanza a interesarse por los viajes de su hija. La señora acertó a decir que su hija había fallecido y el séquito de la marquesa-presidenta a justificar que el lapsus de la ex ministra, de Cultura recordemos, obedecía a la confusión con la escritora cubana Dulce María Loynaz; un argumento de peso si no fuera porque falleció antes que Chacón. No quisiera exculpar a la presidenta más aún cuando ocupó el máximo puesto de responsabilidad en la cultura de este país cuando aún era España, pero no sé para qué le pagamos, y muy bien, por cierto, a tantos asesores. No es exigible a un político que en cada visita a una fábrica sepa hasta las muescas de cada tornillo ni que sepa hacer un monólogo de Shakespeare si va al teatro pero sí es exigible a esas cortes de aduladores que a menudo se esconden tras rimbombates tarjetas de asesorías esotéricas que le den a la señorita ciertos datos para que no haga el ridículo. Menos palmeos y más información. De todos modos, con la marquesa-presidenta no debe ser nada fácil.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya quisiera parecerse la payasa de la Sara- Mago a Dulce.La conocí y era una mujer como su nombre.

cambalache dijo...

Me consta por referencias de una buena amiga suya.

Anónimo dijo...

Primero habria que puntualizar que nadie somos "dios" para saber todo de todos. Un desliz como el que tuvo Esperanza Aguirre lo puede tener cualquiera y seguro que fue entendido perfectamente por la familia de la escritora.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario anterior, me parece absurdo criticar por criticar e ir de listo, enterado o como quieras llamarlo por la vida. Probablemente Esperanza Aguirre fue mal informada y por eso se manifesto asi. Seguro que la familia lo entendio perfectamente.

cambalache dijo...

Permítame que, en el caso de Esperanza Aguirre, y no hablo por hablar, dude de que no crea que Dios está muy por debajo de sus cualidades. De todos modos, creo dejar claro que los asesores de los políticos (y lo digo porque conozco tan bien el oficio que es el que me da de comer) deberían preparar ciertas cosas para que estas cosas tan embarazosas no pasen. Muchas gracias por su atención.

Anónimo dijo...

Ministra de cultura y no conocía a Saramago, al actor Santiago Segura, a Dulce Chacón.....

¿ Ministra de cultura?¿ O de incultura?

Anónimo dijo...

En todo caso parece mas un patinazo del asesor o asesores de Esperanza Aguirre. Ademas, en temas de cultura, como en cualquier otro tema, no hace falta saber lo todo, cosa imposible por otro lado, sino valorar una gestion en su conjunto. Anecdotas, unas divertidas, y otras no tanto, nos ocurren a todos todos los dias. Claro que si le ocurre a un ministro se entera todo el mundo.

Pero fijate que en realidad, aunque no estuvo afortunada, es verdad, el error se limita a una falta de informacion o de comunicacion con su equipo.

Sin embargo la actual ministra de cultura Carmen Calvo, es una autentica paleta por meritos propios: "que había sido cocinera antes que "fraila" (sic), y que había que limpiar la lengua española de tantos "anglicanismos" (sic), ademas de confundir la expresión latina "dixit" (dijo) con el nombre de un ratón de dibujos animados.

Anónimo dijo...

Qué coños tendrá la Espe-Rancia, que cada vez que se la nombra salen los sabuesos.

cambalache dijo...

No se trata, no era al menos mi intención, de competir sobre ignorancias. Simplemente si eso ha sido así, y no tengo porque dudarlo, me parece que no dice mucho de nuestra cultura. De todos modos, y como viene al caso, me parece mucho más grave que la señora Aguirre no haya recurrido una sentencia que permite que el Teatro Albéniz sea demolido para hacer un centro comercial. Quizás también sea otro desliz. Si lo hiciera la señora Calvo, a quien no tengo el gusto de conocer, me parecería igual de mal. Un saludo y gracias al anónimo lector.