El pelucón de la señora Blair

Si algo tiene seguro el partido laborista británico es que el próximo candidato si es soltero y alopécico mucho mejor. Si encima es competente pues miel sobre hojuelas pero lo primero es lo primero. Viene al caso este aserto, que sin explicación previa bien pudiera atribuirse a una sobredosis de orujo, a que la señora del primer ministro Tony Bleeeeeeeerrrrr se gastó casi dos kilitos de pesetas en peluquería y que las facturas las pasó por la ventanilla del partido. Vamos que ni que se tratara de resucitar los caprichosos y cursis rizitos de Shirley Temple. Pues mire señora, si le digo la verdad, la pasta gansa que se ha dejado en los correspondientes Rupert anglosajones le ha lucido poco. No sé si habrá sido porque su señor marido le pone los pelos de punta con sus decisiones políticas o porque el mal tiempo de las islas le alborota los cabellos pero, para ser sincero, si me dice usted que la peina alguien después de haber hecho un curso CCC me lo creo tan a gusto. Los once mil euros del ala se los pulió durante la campaña electoral que no sé cuántos días dura pero, a juzgar por el pico, más que la dictadura del generalísimo. Queda por saber en qué facturas del partido laborista se asignan las permanentes de Cherie, si en el apartado de restauración de monumentos históricos o en gastos de representación. Si tienen algún problema llamen al Ayuntamiento de Marbella que allí de otra cosa no pero de facturas saben un montón.