15 de noviembre de 2009

RITA Y CAMPS O EL REMAKE DE THELMA Y LOUISE

No había color. No sé si Espe puso como excusa para no ir al mitin que había dejado las lentejas en la vitrocerámica, pero lo de Paquet es comprensible. De tragarse una soflama de Mariano a darse un rulo con un Ferrari aunque sea con Rita de copilota, al estilo Thelma y Louise, media un abismo. Y él de abismos hay admitir que sabe tanto como quería al Bigotes. Es decir, un huevo. En contra de los rumores parecer ser que el coche no era regalo de Alvarito sino prestado. Ya hay que ser confiado y tenerlos bien puestos para dejarle un Ferrari a Camps. Yo ni el bonobús. Y eso que en esta ocasión lo devolvió. Lo cierto es que aunque pueda antojarse una frivolidad que mientras el líder, bueno, me refiero a Mariano, clama por la unidad y la honestidad del partido tú estés flipando con el cuentakilómetros, todo tiene su explicación. De oír soplagaiteces siempre tiene uno tiempo, pero de manejar ese buga, con la posibilidad además de rozar la rodilla de Rita al reducir de marcha, no. La vida son decisiones. Paquet lo sabe bien. Anda que no le costaba a él elegir entre el regalo del terno de pana o el de lino para pasearse por la Malvarrosa. De tanto pensar luego le pasa lo que le pasa. Que le puede la presión como a la olla de mi madre. Y por eso dice que las hordas rojas le quieren asesinar y dejar tirado en una cuneta por mucho que la prensa afín pretenda edulcorar esa salvajada. Una barbaridad propia de un individuo a quien el último acierto que se le recuerda es no haberse salido con el Ferrari en ninguna curva. Suficiente para que no dimita. Por razones de menor peso muchos han seguido en el cargo. (NOTA: Muchas gracias a quienes seguís pasando por aquí pese a que, por mis colaboraciones, ya escribo menos. Espero volver a hacerlo cuando terminen de peinar a mi página web; ya os avisaré. Un saludo)

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