8 de julio de 2009

SARGENTO DÍEZ

Rosa Díez debe de ser de esas personas a quienes les molesta hasta su sombra. Siempre puede resultar un incordio para que no se fijen en ella. Algo de eso debe haber en esta revuelta de sus súbditos. Uno de ellos confiesa que a veces, más que en un partido, o lo que sea, se sentía como si estuviera haciendo la mili en los regulares de Melilla. El tipo se sorprende por el trato soberbio de la superjefa. Otro dice que él no fue allí a hacerle reverencias. Igual pensaban en su entrañable candidez que les iba a consultar qué modelo llevaba a alguno de sus pesebres mediáticos. Pobrecillos. La bilis nunca me ha parecido buena consejera en política. Claro que albergo muchas dudas sobre la relación entre la política y la señora Díez. Más bien se trata de figurineo, de demostrar a esa patria que se desmorona por culpa de sus ex compañeros socialistas que está encantada de haberse conocido. Eso de hablar de tú a tú a ZP aunque sea solo en el Debate del Estado de la Nación vale todavía más que el sueldazo que se llevaba en el Parlamento Europeo por insultar a aquellos que le habían regalado esa canongía. Ni entiendo ni olvido que, si tan malos eran, ella tuviera la nula vergüenza de llevarse a su cuenta ni un euro a costa de esos villanos. Pero lo hizo. Y, a partir de ahí, hay seres humanos a quienes aguanto a ratos, otros a los que no aguanto nada y luego está Rosa Díez. Me horrorizan los iluminados. Con el pelo liso o con bucles. En las tertulias o en las portadas de los diarios. Que esta individua se queje del trato de los medios de comunicación hacia su persona cuando el congreso de su partido lo podría celebrar en un ascensor sólo es un ejemplo más de su ego descomunal. Así y todo, con un programa electoral que se ha convertido en todo un misterio hasta para Iker Jiménez, la pandilla que reunió para dar cobertura electoral a sus veleidades ha sacado un buen puñado de votos. Tampoco es de extrañar. Si la corrupción es rentable ¿por qué no ha de serlo el resentimiento?

2 comentarios:

paredes dijo...

Coincido en tus "simpatías" por la susodicha.
Además de lo que sabemos de ella y su coherencia, me acabó de captar para su club de fans un dia en Barajas, viéndola a toda prisa con aire altanero, haciendo sudar al hombre de la carretilla con sus maletas.
Más que la Piquer.

cambalache dijo...

Esa imagen se ahorma a la perfección al concepto que tengo de ella. Un abrazo amigo