9 de enero de 2009

NIEVA, LUEGO ES INVIERNO

Ya barruntaba que la transgresora teoría de las peras y las manzanas que encumbró a la concejala Botella a la cima del pensamiento occidental no iba a quedar huérfana. Hoy, con motivo del temporal, ha asegurado que es invierno y que en invierno nieva. Qué sería de nosotros sin estos faros que nos guían cuando andamos extraviados en las tinieblas de la ignorancia. Cuánto marca compartir mesa y mantel con ese 'exotismo vallisoletano' que es Josemari. Es difícil sustraerse a tanta sabiduría que deja al tal Confucio a la altura de analfabeto funcional. Venía la certera deducción de doña Ana al hilo de las medidas que ha adoptado el departamento de Medio Ambiente, que ella mismo dirige o algo así, para paliar las consecuencias del temporal. Por lo visto se ha comprado sal. Es una pena que estemos en crisis porque en otra época hasta nos hubieran subvencionado la dorada. Aunque estoy lejos del terruño me cuentan que hay saquitos de sal y que sólo hace falta acercarte a por ellos. No parece tarea compleja salvo que se ha descuidado que, precisamente, se trata de que alguien la haya echado ya para no abrirnos la crisma por el camino. Uno es consciente de que cuando una levita por mor de sus elevados asertos no tiene este problema, pero si tuviera que bajar a comprar una chapata como todo hijo de vecino ya veríamos en qué quedaba la teoría. En efecto, según los informes del Instituto Nacional de Meteorología, desde Atapuerca hasta nuestros días es más frecuente que nieve en invierno. Y esperen a que llegue la ola de calor. Doña Ana ya maneja documentos confidenciales, a los que ha accedido gracias a la amistad de Josemari con George, que demostrarán que esta eventualidad es más previsible en verano. Y así hasta las cuatro estaciones que diría Vivaldi.

1 comentario:

paredes dijo...

La culpa de la fuerte nevada es de la Magda según "er jefe".Con él nevaría al gusto de todos.