MIERDA A PRECIO DE ORO

En tiempos de crisis se va a subastar una gran mierda por quince millones de euros. Mal se nos tiene que dar para que, aunque no sea muy artística, no nos canjeen una doméstica por un plazo mensual de la hipoteca. Aunque tampoco descarten que, llevados por la moda, les cobren a mil euros las pequeñas réplicas que venden en los mercadillos navideños de artículos de broma. Ya se sabe que en época de adversidad se agudiza el ingenio. Que se lo digan al chino que ha pergeñado esta monumental obra. Creo que el artista se ha atiborrado de ciruelas para ver si, con el apretón, puede plasmar un fresco en técnica mixta en la muralla de su pueblo. Por lo menos hay que agradecerle que no le haya dado por el hiperrealismo y que, en consecuencia, haya descartado el hedor como elemento transgresor de su performance. Aunque no se aprecie, sobre la orografía escatológica se ubican pequeños soldados y tanques con objeto de dar a entender un claro mensaje: la guerra es una puta mierda. Todo muy sutil. Claro que también le podía haber dado por disecar una paloma blanca aunque se pusieran hechos una furia los de Greenpeace. De todos modos, no seré yo quien le reste méritos a Liu ya que conseguir meter una cagada de ese porte en un sitio en el que está prohibido hasta comer palomitas no deja de ser casi una heroicidad. Si la vende ya es para sacarle a hombros de la casa de subastas mientras se detiene al comprador con el eximente de enajenación mental transitoria. Donde esté el perrito de escayola con la pata levantada que se quiten estas vanguardias. Si no fuera por la grima que da igual se podía sacar al jardín a la solanera y usarla como barbacoa.Otra cosa, la verdad, no se me ocurre.