6 de octubre de 2008

MI PORCELANA

No quisiera que por culpa de esta crisis económica pasara desapercibida una revelación periodística de primer orden. Es en estos momentos cuando uno se da cuenta que mereció la pena llegar a este noble oficio y haberse dejado medio hígado en la cantina de la facultad. El comunicólogo Jesús Mariñas, tras una arriesgadísima investigación, está en disposición, y así lo ha hecho, de asegurar que el novio de la Duquesa de Alba le llama en la intimidad 'mi porcelana'. Si uno tuviese mala baba, que no es el caso, diría que es lo normal cuando uno corteja a una ánfora fenicia. Pero el caso es que el embelesado pretendiente, a quien uno admira aunque sólo sea por haber sacado de quicio al estirao de Cayetano, está que bebe los vientos por esa imponente mujer.

Los hijos se temen que el tipo esté con ella por la pasta lo que evidencia la enorme confianza que albergan en los encantos propios de su madre. Es decir, que a su parecer, el tal Alfonso la mira con los mismos ojos golosones que el director de su sucrusal bancaria. Y encima seguro que no le regala un calendario por Navidad. Yo ni siquiera hubiera reparado en ese atractivo pecuniario. Soy un romántico. Si hay que follar que sea a la luz de una vela. Fíjense que pensaba que se había quedado prendado de la sensualidad de su cabello.

Eso quiere decir que sus vástagos se creen que a sus respectivas parejas nunca les ha movido ningún interés que no sea el irresistible influjo de su personalidad. En suma, que si el hijo jinete en vez de tal hubiese sido pintor de brocha gorda especializado en gotelé hubiese compartido coyunda igualmente con esas indudables macizas. Claro, claro. Es lo que tiene ser millonario. Por eso la mayoría nos abstenemos de caer en esa horrorosa tentación.

En un sesudo debate televisivo al efecto se ponía a escurrir al churri consorte porque sus aviesas intenciones pasaban por sacar tajada económica de su romance. Una opinión que hay que tener muy en cuenta. No olviden que procede de unos individuos e individuas que, por supuesto, donan sus elevados cachés a una onegé contra la explotación infantil ¿O creen que ellos van a los programas a forrarse? Por el amor de Dios... ¿Por quién los toman?

Desde luego es inadmisible esta actitud de este buitre sin escrúpulos con lo honrado que es ganar un pastón gracias a la infamia, la patraña o simplemente a la degustación catódica de la carroña. A ver si aprende este pérfido truhán de gente tan altruista. Duquesa, si quiere un consejo, cásese con Mariñas.

1 comentario:

paredes dijo...

Qué notición....la condesa con novio, y yo con estos pelos.
No sabía nada.
Iré preparandome el traje para la ceremonia.