12 de septiembre de 2008

ABDOMINATOR

Ya lo podía haber dicho antes. Me siento mal. Tanto denigrar al pobre Josemari y él no tiene la culpa. Bueno; sólo en parte. Su entrenador personal ha confesado que el ex estadista realiza al día dos mil abdominales. No es extraño pues que con ese titánico gasto de energía la sangre le bombee malamente al cerebro. Así y todo se le rifan como conferenciante las universidades de medio mundo. Imagino que impartirá magisterio en chandal y en vez de un vasito de agua le pondrán en la mesa una litrona de Aquarius para la cosa de la recuperación. Lo cierto es que un hombre así da miedo y eso que todavía no ha perfeccionado su técnica con los nunchakus. Viene a decir Bernardino, su training particular, que su estado físico es propio de un hombre mucho más joven. Vamos que, a su lado, Robocop no tiene ni media hostia. Mientras le dé porque probemos su fuerza partiendo nueces sobre la onza de chocolate de sus abdominales vamos bien, pero mejor que no le cabreemos. O sea que de eso de romper la unidad de España ni pensarlo. Cuidadín con Abdominator, señor Ibarretxe. Ya me veo a Carod abrazado a Manolo el del Bombo para evitar la ira del Tyson de las Azores. Tampoco resulta raro que con ese vigor haya tomado el relevo de Pajares en la asignación de hijos de dudosa paternidad. Es más, ni siquiera se especifica si todas las abdominales se hacen en gimnasio o algunos movimientos de cintura se reservan para otro tipo de hazañas. Ahora que ha vuelto Stallone, con más de sesenta, a hacer de Rambo y Harrison, en el umbral de la jubilación, a hacer de Indiana no sería descabellado que Josemari protagonizara un 'remake' de Pepito Piscinas, legendaria película maltratada en su día por la crítica y a la que el tiempo le hará justicia. Como a él.

1 comentario:

paredes dijo...

Por mucha gimnasia que haga, sigue sin tener media ostia.