¡QUÉ VUELVA GEORGIE!

Cuánto le hemos denigrado y cuánto le echamos ahora de menos ¿Dónde está Georgie? ¿Dónde su canción del verano? ¿Es soportable esta orfandad a cuarenta grados? Con esto de la crisis igual ni había reparado pero le reto a que tararee algún estribillo. Rien de rien. Este país ya no es lo que era. La decadencia comienza por donde menos lo espera uno. Ahora que el PP da carpetazo al 11-M, con excepción de mandauevos Trillo, ahora que Mariano cede el paso a ZP al subir al púlpito congresual, ahora que Rouco lleva callado más de dos días a pesar de que las calles con la canícula se inundan de canalillos y bermudas marcapaquetes, ahora que hemos ganado hasta en fútbol, ahora es cuando nos falta Georgie Dann y sus enormes temas estivales. Algún día se le hará justicia. No digo que sus letras estuvieran preñadas de sublimes serventesios pero no me digan que no merece pleitesía y admiración sin fisuras un tipo capaz de componer una canción para el verano y vivir de ella todo el año como un marajá sin ser diputado. Es posible que nunca le den la medalla al mérito del trabajo pero este hombre nos enseñó lo que tenía el negro y eso merece un respeto. Por no hablar de ese coro de macizas que, con desigual gracejo, aullaban los complejos mensajes sobre la barbacoa o el chiringuito y que despertaron en algunos de nosotros ciertos instintos lascivos adormecidos después de haber tenido que ver al trío La, la, la o a Betty Misiego rodeada de repelentes niños. Gracias Georgie. Siempre estarás en el salón principal de nuestra memoria. Y anímate. Date cuenta que, a pesar de la crisis económica, el top manta y el emule, hasta Fran Perea sigue grabando discos. Todo un aliciente.