17 de abril de 2008

MUJERES MENUDAS, MENUDAS MUJERES

Yo la llegué a ver. No recuerdo donde pero sí que alguien me lo dijo. Esa es Rosario la Dinamitera. Antes había conocido a Juana Doña pocos meses antes de morir. Había tardado años en recopilar las cartas que le enviara su ‘querido Eugenio’ antes de ser fusilado. Alguien leyó alguna de ellas porque Juana ya apenas veía. Y antes de eso supe de Julia Manzanal, comisario Chico, a quien dos buenos amigos dedicaran un libro. Mujeres menudas. Menudas mujeres. La dignidad no tiene edad de jubilación. El heroísmo de estas mujeres acaso no entre en la caligrafía de la historia que se vende en fascículos en los kioskos, pero sí en la Historia con mayúsculas de aquellas que la escribieron en los muros cochambrosos de las cárceles mientras marchitaban su juventud. Ha muerto Rosario. Ya no está Juana. Quizás para algunos agitar su recuerdo sólo sea un ejercicio trasnochado. La memoria está bajo sospecha. Mujeres que estuvieron en las trincheras. Y otras mujeres que después tuvieron que librar a diario la batalla de la supervivencia. Huérfanas o viudas. Heroínas sin saberlo. Despojadas de medallas. Mujeres que no buscaban más honor que dar estudios a sus hijos. Que tengan lo que yo no pude tener. Madres con las rodillas despellejadas de tanto fregar suelos. Madres coraje que se levantaban al amanecer, aviaban la casa, vestían a los niños, les llevaban al colegio, iban a asistir por horas, volvían a dar de comer a la familia, salían para fregar un portal y luego el colegio privado al que iban los críos porque el director les cobraba algo menos. Nunca lo olvidaré madre aunque me restregaras con piedra pómez los codos. Conviene no olvidaros en estos tiempos en que en vez de cambiar el mundo nos conformamos con cambiar de banco la hipoteca.

4 comentarios:

paredes dijo...

A Rosario "dinamitera"la inmortalizó el gran Hernández, pero hay muchas Rosarios anónimas que realmente son "menudas mujeres".Me alegra que estés orgulloso de tu ROSARIO.

cambalache dijo...

Bonita y acertada forma de definirlo amigo Paredes. Un abrazo fuerte para tí y tu familia

Merche Pallarés dijo...

PRECIOSO COMENTARIO. Sí cuántas mujeres abnegadas, relegadas al olvido por su condición de "rojas". Se les debía hacer un monumento en cada ciudad de este país. Besotes, M.

Anónimo dijo...

Gracias por este pequeño homenaje para todos y todas los que tenemos una Rosario en nuestras vidas.