13 de noviembre de 2007

BENDITOS ROEDORES

No me digan que no vivo en la ciudad más hospitalaria que conocerse pueda. Ha sido decir el alcalde que su nuevo despacho es la casa de todos y al día siguiente se le ha llenado de ratones. Qué cierto es que en Madrid nadie te pregunta de dónde eres. Ni tan siquiera qué eres. No olviden que aquí habitan seres como Tony Genil o Paco Porras. Tampoco echen en saco roto que aquí también se dan fenómenos tan paranormales como las comparecencias de Acebes. Lo cierto es que tanta generosidad conmueve. Como será la cosa que yo ya me he apuntado para celebrar la fiesta de Nochevieja en el despacho del señor alcalde. Nos va a costar un pico la obra pero la vamos a rentabilizar en un santiamén. De momento sólo está él pero ya verán cómo no falta a su palabra y en pocos días empezarán las despedidas de solteros, las reuniones de venta de tupperwares, la habilitación como bingo los sábados por la tarde o como karaoke los domingos por la mañana para que los niños de San Ildefonso vayan ensayando los números de la lotería después de misa. Y es que si algo hacía falta en la capital del otrora Imperio era un despacho de más de ochenta metros cuadrados para el señor alcalde. Al fin, una urgencia histórica ha sido satisfecha. Bien es cierto que muchos vecinos se conformarían con tener una casa con la mitad de superficie pero no hay que ser caprichosos. Nos basta con que, si tiene tiempo entre túnel y túnel, nos tire caramelos desde su balcón el día de la Cabalgata de Reyes o con que nos organice una visita guiada con el flautista de Hamelin ahora que con los ratoncitos parece una versión castiza de Disneyland. Yo lo que quiero es que él sea feliz porque, de lo contrario, capaz es de abrirte un par de zanjas en el salón mientras estás a punto de comprarte una máquina de abdominales a través del teletienda. La chapucilla del nuevo Palacio nos va a costar más de ochenta millones de euros ratones aparte. No es dinero ¿Saben la pasta que costaría comprar un apartamento a cada roedor con puerta blindada para que no entre Silvestre?

2 comentarios:

txilibrin dijo...

jajajajaj.
Pues igual dejo mi piso de alquiler y me voy a su despacho, que pagar el alquiler por pagar es tontería!

¿Os venís conmigo?

MUAS!

Margarida dijo...

Pobres roedores...mal saben ellos que se ham metido en un nido de RATAS, bastante más dañinas y peligrosas que toda la dinastía que pobló el despacho del Sr Alcalde...¿Quien verá a la Botella subida a una silla gritando como loca? Claro, que es llamar a "Jose" y asunto zanjado...¡como para no salir huyendo despavorido!. Un beso, Germán.