5 de octubre de 2007

ALMOHADA ANTI-RONQUIDO

No sabe lo que se lo agradezco buen hombre. Un científico alemán ha inventado una almohada que te agita la cabeza cuando roncas hasta que logra cambiarte de posición y cesan los gruñidos. Ya le advierto que tendrá que perfeccionar el artefacto. Con mi perímetro craneal no me va a valer cualquier meneo para desplazarla. Tampoco le digo que me ponga un nueve en la escala Ritchter a ver si en vez de dormir plácidamente me despierto con más convulsiones que la niña del Exorcista. El profesor Bazargani, una versión germana del legendario profesor Bacterio, explica que la almohada se conecta a un ordenador del tamaño de un libro y que él se encarga de todo. Te analiza el sonido de los ronquidos (has desafinado en el si bemol y tal), abre y cierra unos compartimentos de aire, moldea la almohada y, por un pequeño plus y aprovechando que está en la mesita de noche, te desinfecta la dentadura postiza y te lee el programa electoral del PP para que te duermas. A mí me vale profesor, pero pegas sí que le veo. Usted ha sido un poco egoísta. Digo yo que si sobas tú solo perfecto, pero no acabo de aclararme en caso de reposo tras refriega sexual en pareja y no le digo ya nada en trío o en una gira de Los Sabandeños. Es muy probable que yo ronque como un gorrino en la posición A y la churri lo haga, suavemente eso sí porque ellas nunca roncan, como mucho respiran con garbo, en la posición B ¿No se hará un lío el ordenata con los duos? ¿Si me mueve mi cabeza hasta el silencio más absoluto no se corre el riesgo de que en esa posición ella alcance el máximo do de pecho? ¿No baraja el riesgo de subida de tensión, disloque de la computadora y que las violentas convulsiones nos dejen el cuello como a Yo Claudio? ¿Es previsible que reviente a causa de los decibelios después de una resaca en San Fermín? Perdone que sea tiquismiquis pero no sé si me compensa dejar de roncar para tener todo el día una torticolis del copón. Con el eximente de que al único que le puede molestar es al perro y éste es capaz de dormitar incluso en la fiesta de cumpleaños de la Patiño. A quien sí se la voy a regalar es a mi vecino de abajo. Hace unos días que leí que daban por muerto al monstruo del Lago Ness. No es cierto. Vive en el tercero de mi mismo bloque. Eso que yo oía estremecido este verano por el patio de luces no pueden ser ronquidos. Era algo sobrenatural. Como Aznar dando una conferencia.

4 comentarios:

txilibrin dijo...

¡jajajaja!
Yo de momento me contento con hacer en mi casa el típico ruidillo con el carrillo, para que cesen los ronquidos. Es más a corto plazo, pero es que no quiero que acaben llevando collarín...

Virginia dijo...

Cómo me he reído leyéndote, Germán! Un beso

Anónimo dijo...

Pues en mi bloque vive el Yeti....

Anónimo dijo...

¡Pero que bueno has estado, German!
Y digo yo... ¿no sería mucho más efectivo el guantazo con voz en grito acompañada diciendo algo así como "¡Que hagas el favor de callarte, coño, que me tienes hasta los mismos huevitos!"
Claro que... hummmmmmm... después se vuelve otra vez al ronquido... no sé... no sé muy bien.
César