Aunque acabe de desinflar el flotador de patito, guardado las gafas de buzo y sacado de la nevera los restos de los filetes empanados del último día de playa no se engañe. El verano ya es un tiempo remoto y las vacaciones un recuerdo lejano. Tanto es así que cuando se descuide tendrá en sus manos la zambomba y andara chupando los langostinos congelados de la cena de Nochebuena. Si quiere quedar bien con sus regalos de Navidad sea arriesgado. Destierre el Varon Dandy y las corbatas, los maceteros de macramé y las sartenes de teflón. Se lo digo con tiempo para que vaya reservando porque los obsequios que ofrece la empresa 'Celebrity Skin and Bodily Fluids' se los van a quitar de las manos. Sea usted pionero. La osadía de estos emprendedores le permitirá poner debajo del árbol en una cajita de zapatos revestida de papel de charol un hermoso moñigo de Tyson o la esencia de un escupitajo del cantante de REM. Ya ven. Perdonen, pero el cerdo no soy yo. La compañía, radicada en Los Angeles, ofrece en su catálogo saliva, fluidos, orines y excrementos del famoseo. Desde el ex boxeador Mike Tyson a la actriz Sara Jessica Parker pasando por Burt Reynolds o Robin Williams. Todo ello con certificado de garantía. Una red de asesores y personal de confianza se ha encargado de recopilar estos souvenirs y ahora, por un módico precio, puede usted disfrutar de esos embriagadores olores en el salón de su casa. Así, un surtido de células de la piel de Sara Jessica sale por poco más de quince dólares mientras que en el caso de Tyson no llega a trece. Bien es cierto que las cagadas del boxeador deben ser mucho más caras habida cuenta de la cantidad de restos orgánicos que semejante mole puede eliminar. Ya lo decía mi sabia abuela: "según come el mulo así caga el culo". Más o menos el tamaño de un obelisco o sea que olvídese de ponerla sobre el televisor. En el caso de Robin Williams el frasquito de esencia de orina se cotiza a veinticinco dólares. Si te llevas dos te dan unos cupones para el sorteo de un orinal. Eso sí, no se admiten devoluciones del género. Ahora que menciono las devoluciones se echa de menos alguna diversificación del negocio. No sé, alguna pota de Hemingway en su paso por los 'sanfermines' o alguno de los mocos que pegaban bajo el pupitre los alumnos del Club de los Poetas Muertos. En España a todos estos productos, abundantes como no podía ser menos en la patria de la fabada, podíamos añadir la venta de toneladas de caspa. Tenemos para dar y tomar. De todos modos, yo soy un clásico. Si quieren mandarme algún detallito me conformo con unas garrapiñadas. Del resto me autoabastezco de sobra. Como diría de nuevo mi añorada abuela: cuánto tonto cría el pan (qué mal queda este producto en un contexto tan escatológico).
Gil de Palacio: La Maqueta por excelencia
Hace 1 semana
2 comentarios:
Como a alguien se le ocurriera regalarme cualquiera de los productos descritos por ti se los iba a poner por montera o de peineta estilo Martirio, amos no me jodais... ¿¡hasta dónde vamos a llegar!?
Estas cosas sólo se le pueden ocurrir a los de EE.UU
Esto no es normal.
César
Yo es que ya ni me espanto, de verdad, qué pena de gente, los número uno del mundo (o eso dicen), y así andan...
¿Se nota que me caen bien?
Publicar un comentario