16 de agosto de 2007

EL JOSELITO DE MEMPHIS

Si usted ama a Elvis, no deje de quererme a mí. Está usted a tiempo. No siga leyendo por si se me ofende. Treinta años es demasiado tiempo de silencio para un tipo incontinente y malhablado como un servidor. Ya me conocen. Yo no puedo retener tanto veneno. Bastante tengo con la amenaza que se cierne sobre mi próstata. En este aniversario que ahora se celebra he de decir que Elvis me pareció un truño como cantante y como actor lo superó con creces. Les hablo de ponerle a la misma altura que clásicos del arte dramático como Víctor Mature, Emilio Aragón o Fran Perea. Háganse cuenta. Esas peliculitas en las que llegaba al aeropuerto de Hawai, le colgaban el collarcito de pétalos, sacaba del petate la guitarra y comenzaba a dar la murga a los nativos sin que le hubieran hecho nada eleva a cine de culto los largometrajes del denostado Paco Martínez Soria. A don Paco no hacía falta que le colgara nadie nada. Él mismo se bastaba y sobraba para ponerse al cuello una ristra de cantimpalos y de morcillas de Villarcayo. No me digan que no les resulta más familiar ese bodegón que el colgante de florecillas silvestres. Por no hablar del señorío de nuestra ancestral boina frente al tupé engominado del chavalote de Memphis. Que Elvis era más guapo y pintón no lo dudo, pero que Martínez Soria le aventajó en transgresión y modernidad tampoco ¿Quién si no fue pionero del movimiento ecologista más que don Paco? ¿Acaso no recuerdan la legendaria 'La ciudad no es para mí'? Pues de ahí nació Greenpeace y el movimiento de preservación del urogallo. Ahora ya lo saben. Elvis fue un producto de la época. Como el hula hop o el 'blandiblu' (¿se acuerdan? qué grima). Una especie de Joselito de Memphis aunque despuntó algo más talludito que nuestro pequeño ruiseñor antes de transmutarse en presunto camello. Eso sí, por lo menos a nuestro Joselito le entendiamos cuando cantaba 'Campanera' pero no me digan que alguien entiende que Elvis esté hablando en español con una periquita hawaiana y de repente se levante, suene la música de no se sabe dónde y comience a cantarle "ay guanchú love in your eyes" (por ejemplo). Eso no hay Dios que lo comprenda, joder. O que estés en el trullo y para celebrar la cadena perpetua te subas a una mesa con una guitarra a bailar un rock y todos los reclusos te sigan alborozados como si en vez de caerles un paquete del copón les hubiese tocado la primitiva. Venga coño. Que no hombre, que no.

7 comentarios:

txilibrin dijo...

Hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo! :D
Pues nada, yo creo que tan malo no era, pero de ahí a compararlo con el Fran Perea te has pasado, que Elvis por lo menos entonaba.

cambalache dijo...

Me refiero a su faceta como actor. Obviamente como cantante no hay color (a favor de Elvis, claro está)Besos

txilibrin dijo...

Ah!
Entonces 100% de acuerdo (a ver si aparte de Harry Potter no coincidimos en algo más) :D

Anónimo dijo...

Creo que sólo vi una pelìcula de él... la de la cárcel, pero era un truño tan espantoso que no volví a intentar ver otra, por mucho Elvis que fuera, que por cierto a mí no me gustaba. Donde esté la Bárbra Streissand... ¡uf! ya te digo.
césar

cambalache dijo...

Ciertamente. Estoy de acuerdo

Javi dijo...

Es cierto que Elvis no fue un gran actor y sus películas eran una mierda, pero es que Elvis nunca fue un actor. Lo suyo era la música, y llamarlo producto de la época me parece un poco aberrante. Él fue un impulsor del rock and roll que hasta entonces había estado relegado al mundo afroamericano. No creo que fuese un producto, en todo caso, como dicen los químicos, fue un reactivo.

Rxxxmm dijo...

hablando de música... les dejo un link a una de mis canciones favoritas. va dedicada a César
http://video.google.com/videoplay?docid=-1572610516635909287