Vaya buscándose una teja

Ya puede usted pensárselo dos veces antes de ir al retrete y aliviarse como un campeón. El calentamiento global nos obligará a limpiarnos el culo con una teja. Perdonen la abrupta ordinariez, pero, estas cosas, aun a riesgo de ser considerado un alarmista, cuanto antes se sepan mejor. De hecho, la cantante Sheryl Crow ya ha emprendido una campaña a lo largo y ancho de los Estados Unidos para que se restrinja de manera severa el uso del papel higiénico. No sé muy bien qué tiene que ver mi esfínter con el calentamiento salvo aquel que se produce en mi organismo tras la ingesta copiosa de fabada, pero si ella lo dice por algo será. Yo, de todos modos, nunca he pasado por ser persona concienciada en estos asuntos y, por si acaso, me bajo a por provisiones en cuanto abra el Ahorra Mas. No me veo yo defecando en el campo para aprovechar las aristas de una roca como mecanismo de higiene. Fíjense si me da el apretón y me tengo que ir a la estación a coger el tren de cercanías camino de la sierra. Que no llego, vaya. Llámenme insolidario si quieren, pero a mí que no me falte mis dos capas aunque el planeta se caliente más que Juana de Arco. Ya tuve bastante en mi infancia con los rasguños y traumas provocados por el papel marca Elefante. Cagar es cosa seria. No sé en EEUU pero aquí desde luego que sí. Claro que con lo que comen por esas tierras igual utilizan el papel para apuntar que no se les olvide comprar los cereales. Ya lo paso yo mal en los hoteles de lujo porque han quitado la escobilla, como para que encima me quiten el rollo. Sólo falta que me quiten también el albornoz y ya no pueda ni robarlo. Si quiere esta joven, en aras de la solidaridad, me harto de acelgas y brocoli y expulso por mi ano unas diminutas bolitas tipo cabra de la Legión. Así bastaría con utilizar un papelillo de fumar ¿Puede ser Sheryl?