3 de abril de 2007

El oso que quería ser célibe (y no le dejaron)

Al final se saldrán con la suya. Para un célibe vocacional que encuentran no paran hasta arrastrarle por las malas al camino del sexo, el vicio y la perdición. El oso Chuang Chuan no quería saber nada de Lin Hui. Y cuando digo nada, digo que ni siquiera pretendía un revolcón y luego un si te he visto no me acuerdo. Como se nota que sale poco los sábados por la noche. Ya les hubiera gustado a los veterinarios. Ellos pretendían que copulara con Lin, pero Chuang (no se me líen), una de dos, o sólo entiende el sexo con amor o le gustan otro tipo de osos. A saber, gordos, barbudos, con camisa de leñador y dueños de un garito en Chueca. Como no preguntan. A ellos que les importa su corazón. Sólo les importa su semen. Tanto que le han anestesiado y se lo han extraido. Ahora, por lo menos, Pajares y otros tantos sabrán a que excusa recurrir cuando les quieran endilgar un vástago.

Bien es cierto que antes de ello probaron otros revolucionarios métodos. Por ejemplo, le pusieron películas porno de osos. Tan solo sirvió para comprobar que la íntima amistad entre Yogui y Bubú iba, como algunos nos temíamos, mucho más lejos de tomarse unas copas y unas bellotas en la taberna de Yellowstone. Chuang Chuan miraba cómo sus cóngeneres se refocilaban en la pantalla grande a la orilla de un riachuelo, pero no le llamaba la atención. Cuentan que sólo se alteró cuando en el descanso vio un anuncio de bolsos monísimos de venta en El Corte Tailandés pues allí reside el sosainas. La técnica del video porno funcionó muy bien en China entre animales aunque, a juzgar por su superpoblación, el resultado es el mismo si emites Humor Amarillo o una zarzuela cantonesa.

Hartos del celibato, y por supuesto sin preguntar a Lin nada de nada, han pasado a mayores y le han robado tres lotes de semen que, a buen seguro, deberán transportar en garrafones de a cinco litros tal ha sido la retención durante todo este tiempo. A todo esto, como casi siempre, a la hembra ni la han preguntado. Primero la tienen a dieta sexual y ahora la inseminan. A él, ahora que ya le han esquilmado, le espera el ostracismo, las mofas del resto de los machitos del zoo que sospecharán de su hombría. En suma, le convertirán en un marginado. Menos mal que siempre estará a tiempo de que lo adopte Angelina Jolie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si fuera yo me renuncio a vivir aa asi , necesito mi abogado señoriaaaaaaaaa