De intelectuales y bocaos en ciertos sitios

A veces qué buena es la envidia. Ha sido firmarse un manifiesto contra la crispación por más de tres mil intelectuales y el PP se ha visto obligado a sacar su gruesa munición de la 'intelligentzia' patria. Que esos rojeras sepan que aquí, intelectuales para presumir tenemos todos. En ese escenario de altas miras filosóficas, uno de sus candidatos en la lista al municipio de Estepona ha elaborado un sesudo y documentado artículo sobre los efectos en la vida política de la ley de igualdad entre hombres y mujeres.

Este docto aspirante a la cosa pública tenía pensado en un principio presentarlo como tesis en La Sorbona, pero finalmente optó por la síntesis y por un periódico para acercar al ciudadano sus inquietudes y reflexiones. Entre citas a pensadores alemanes y alusiones a la Ilustración francesa, este tipo alumbra una tesis según la cual "cuántas más mujeres haya en las listas, a más bocaos en la polla tocáremos". Una solemne cita que bien merece figurar en el Calendario Zaragozano a ser posible en el mes de mayo que, al parecer, es el más idóneo para la floración de los capullos.

Bien pudieran pensar, sabido mi origen arrabalero, que esta ordinariez es de mi propia cosecha. Están equivocados. Una cosa es ser barriobajero y otra, bien distinta por cierto, ser un solemne soplagaitas. Estamos pues ante un subalterno de Mariano que da rienda suelta a sus instintos. Y no hablamos de los básicos sino de los más intelectuales.

Al final han decidido expulsarle, pero dicho queda. No sé si han obrado con justicia. Todo será que luego se arrepientan de haber desterrado a las tinieblas exteriores a un potencial poeta maldito. El hombre se ha excusado al amparo de su intención de recurrir al sentido del humor para canalizar sus asertos (¿Ustedes le ven la gracia?). Bien es cierto que no estamos ante una sutil ironía pero tampoco está el PP para desperdiciar muchos intelectuales. De hecho, apenas se ve ya a Norma Duval en los actos del partido. Parece una tontería pero todo será que les cueste las elecciones. Qué pena ¿verdad?