Ya estoy aquí. He faltado unos días a mi cita porque he estado en Los Angeles invitado a la ceremonia de los Óscar. Sí, es mentira, pero si les digo que mi ausencia se debe a que tengo mucho trabajo les va a parecer aún más inverosímil. Pues sí. No se rían que más me extraña a mí y aquí me tienen entregado a mi público, quitándome horas de sueño para que usted pueda dormir tranquilo sabiendo que he vuelto. Deje de llorar hombre de Dios. Tampoco crean que me he echado nada suculento a la cazuela que mereciera el honor de ser inmortalizado por mi acerada pluma. Iba a escribir algo de Penélope Cruz porque creo que no ha habido suficiente atención mediática sobre nuestra más glamurosa e internacional actriz. Apenas unas breves reseñas (por favor, cojan la ironía que si no les dejo de verdad). Por ejemplo, no sabemos si miccionó antes o después de la ceremonia o si los canapés de la fiesta del Vanity Fair le provocaron gases. En este tiempo me ha dado tiempo a formar parte de la legión de 'gafotas' que tanto vilipendiaba en la escuela. Como lo oyen. Necesito unas lupas para leer (si quieren una foto es de pago) y soy tan presumido que hasta dudé en abandonar esta vida intensa e intelectual con tal de no tener que parecerme a Gepetto. Veo mal de cerca pero hace tanto tiempo que no tengo a nadie cerca que ni me había percatado (no crean que es un testimonio lacrimógeno tipo Diario de Patricia que con este palmito será porque no quiero). Ya les decía que poco o nada de interés. Hace unos días escuché a Mariano en esa versión patriotera que convierte a Manolo el del Bombo en un peligroso separatista. El hombre, que ya no sabe qué hacer para llamar la atención, apelaba a todos los españoles de bien entre los que, por supuesto, se incluía, para salvar a la patria de las garras de Zapatero. Como todo el mundo sabe, y no hay más que verlo, el presidente del Gobierno es asimismo un peligrosísimo radical. A saber. Cuando Mariano habla de españoles de bien, dícese de los ciudadanos nacidos en la Península Ibérica que comulgan con las sandeces que suelta por su boquita y que al menos asisten a una de cada dos manifas convocadas por Alcaraz. El resto somos una escoria y unos mal nacidos. Y yo preocupado don Mariano. No sé si es que soy vago o que el mundo me desalienta. Escribí de García y lleva revoloteando cinco días el asunto, nominan a Pe y nos enumeran hasta los peditos que se tiraba de pequeña cuando jugaba en Alcobendas, Mariano sigue en su papel de don erre que erre y la Gemio ha vuelto con Sorpresa, Sorpresa. Voy a tirar ahora mismo las gafas. Si no veo, mejor. Para lo que hay que ver.
Melis, el visionario que se atrevió soterrar la M-30
Hace 1 semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario