14 de julio de 2008

A FREÍR ESPÁRRAGOS A MARTE

Con el tiempo uno ve cómo se cumplen algunas de sus más grandes ilusiones. He leído que en Marte se pueden sembrar espárragos. Lo dicho. Es una pena que no valga el bonobús para llegar a ese paraíso de las berzas y el brocolí. La sonda Phoenix ha constatado que las muestras alcalinas de la patria de ET son óptimas para plantar cebollinos. Uno de los científicos, conmovido por el histórico descubrimiento, ha asegurado entre lágrimas que es el mismo tipo de suelo que uno podría encontrar en el patio de casa. Imagino que con menos jeringuillas que en los de mi barrio. O sea que, cuando amaine la crisis, ya puede programarse unas vacaciones exóticas más allá de Torrevieja. No olvide el camping gas y un par de huevos porque, tras estas conclusiones, seguro que le sale un revuelto cojonudo. Sin olvidar la enorme ventaja de la tranquilidad que le rodea. No como aquí que va uno a un cámping y tiene que probar por pelotas la tortilla del de al lado mientras el nene berrea y el hijo adolescente aporrea el Smoke on the water en una guitarra de tómbola. Qué bonito ese mundo tan interrelacionado y enrollado de los cámpings. Allí esperando la cola de la ducha para darte la piedra pómez en los tobillos mientras un perro sin desparasitar te micciona en la toalla o viendo como un guiri se come un bote de Litoral con cuchillo y tenedor. Eso sí que son vacaciones y no aguantar la temperatura del agua del spa o que te pongan a todas horas langosta y sanguiches de Beluga en un hotel de cinco estrellas. No hay color. No le digo nada en Marte. El viaje sale carillo pero ¿y lo que te ahorras una vez llegues? Marcha, lo que se dice marcha, al parecer no hay mucha. Al menos la sonda Phoenix no ha grabado en su caja negra ningún ritmo de Georgie Dann, pero lo bien que podrá dormir no hay dinero que lo pague. Por no hablar de la ventaja de no tener que ver las fotos a la vuelta ya que el paisaje es asaz monotemático y desolador o de que si el niño se pone a llorar porque no le compra un helado de dos bolas siempre le queda la opción de darle una patada en el culo y mandarle a Plutón. Es lo que tiene veranear en el espacio sideral.

2 comentarios:

Margarida dijo...

Solo esperamos que a nadie se le ocurra volver a emitir sus "cronicas" desde alli.

paredes dijo...

Habrá que llevar sartén para freir espárragos