16 de noviembre de 2005

Los amiguetes de Bono

A Bono le han mentado la bicha. De meterse con los EEUU nada de nada que para eso son amiguetes. Serán suyos de usted que se decía, señor ministro. Para hablar con propiedad me refiero a sus gobernantes y para acotar más aún a su presidente, el amigo de Aznar y, al parecer, también suyo de usted. No hay pruebas. No hay indicios de que los aviones norteamericanos hayan utilizado aeropuertos españoles en su escala de las torturas. Es posible, pero no me diga que no huele la cosa y tampoco me diga que sería algo impensable. El gobierno del tejano Bush puede presumir todo lo que quiera, pero su respeto por los derechos humanos es tan cuestionable como sus argumentos, señor ministro. En resumen, usted viene a decir que no se les investiga mucho porque, al fin y al cabo, pues eso, que son amiguetes y tampoco va uno a registrar el avión para ver si se encuentra lo que no quiere. Me gustaría que nos aplicaran a nosotros la misma receta cuando llegamos a algún aeropuerto 'amigo' de los eeuuofamerican. Allí, en contra de la doctrina, eres ya sospechoso por el mero hecho de ser extranjero. Nosotros a lo nuestro. Después de retirar las tropas de Irak, una decisión plausible y valiente, el señor Bono nos quiere reconducir de nuevo al redil. No les tosas que les molesta. Sólo pensar que en las estremecedoras fotos de soldados 'made in usa' humillando a prisioneros iraquíes los papeles estuvieran cambiados y el preso fuera americano y el torturador iraquí bastaría para saber cuáles son las varas de medir a cada cuál. Si lo hace uno eres un asesino repugnante y un torturador sin escrúpulos y si lo hace otro la amenaza del terrorismo internacional induce a medidas indeseadas.

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